Cuidar la salud depende en gran medida de lo que sucede dentro de nuestro intestino. El equilibrio microbiano es fundamental para los procesos que van desde el sistema inmunitario hasta la salud nerviosa y entre las formas de preservar la salud digestiva, un fermento popular se ganó la atención de la ciencia por sus amplios beneficios.
¿Estómago hinchado? cuatro consejos rápidos para aliviar la inflamación y el malestarLas últimas publicaciones de las revistas PubMed y BMC destacaron el posible rol del kéfir, una bebida similar al yogur bebible, en la regulación digestiva, la modulación inmunitaria y la recuperación del equilibrio microbiano. Los estudiosos lo describen como una matriz simbiótica viva que es capaz de interactuar con distintas funciones del organismo.
¿Qué es el kéfir?
Descrito como "oro blanco" por algunos especialistas, el kéfir es una bebida fermentada que en el último tiempo ganó gran popularidad. Sus variantes comprenden desde la leche de vaca, hasta de oveja, con arándanos o con base de agua. Sin embargo, hasta el momento los estudios humanos aún son acotados y variados, pero los primeros resultados dieron cuenta de los beneficios para restablecer el entorno intestinal y aumentar la diversidad bacteriana.
Su origen se remonta a prácticas tradicionales del Cáucaso, donde se dejaba fermentar leche en recipientes de piel de cabra sin lavar. Así se descubrió que la película blanca generaba una bebida nueva, ácida, de sabor particular y más duradera. La llamaron kéfir, del turco keyif, que alude a la sensación de bienestar, explicaron desde La Nación.
Los beneficios del kéfir, según la ciencia
Los especialistas y el respaldo científico afirmaron que son tres los aportes principales del kéfir a nuestra salud.
1. Mayor diversidad de la microbiota
Bacterias como Lactobacillus kefiranofaciens, L. plantarum, L. acidophilus y levaduras como Saccharomyces cerevisiae o Kluyveromyces marxianus ayudan a generar ácidos orgánicos, enzimas y kefiran, un polisacárido clave. Estos elementos modifican el entorno intestinal, reduciendo el pH, desplazando bacterias oportunistas y actuando como sustrato prebiótico.
Tanto las variantes de leche como de agua, pueden aumentar la diversidad bacteriana. Beneficiosa, especialmente tras tratamientos con antibióticos o situaciones de estrés. “Favorece el desarrollo de Lactobacillus y Bifidobacterium, mientras suprime microorganismos dañinos, lo cual colabora en restablecer un entorno intestinal saludable”, indica Casavola.
Además, una microbiota en equilibrio mejora la absorción de nutrientes como calcio y magnesio. “Eso potencia la biodisponibilidad de vitaminas y minerales esenciales”, suma la nutricionista Milagros Sympson (M.N. 12067).
Un estudio en BMC Medicine mostró que en pacientes críticos, el kéfir ayudó a disminuir la disbiosis intestinal, un desbalance común en contextos de salud comprometida.
2. Mejora los síntomas digestivos
El kéfir mejora la digestión al normalizar el tránsito intestinal, y puede ser útil en casos de constipación, diarreas o colon irritable. “Su capacidad probiótica y la reducción del pH colónico favorecen estos efectos”, afirma Casavola.
También produce enzimas que degradan la lactosa, facilitando la digestión en personas con intolerancia. Los péptidos y ácidos que genera actúan a nivel local reduciendo la inflamación: “Eso fortalece la barrera intestinal, lo que impide el ingreso de toxinas o patógenos”, detalla Sympson.
3. Refuerza las defensas
“Sus efectos inmunomoduladores provienen tanto de las bacterias como de los compuestos que se sintetizan durante la fermentación”, comenta Casavola. Entre ellos, péptidos que activan respuestas inmunes específicas contra infecciones.
Sympson subraya que una parte clave del sistema inmune reside en el intestino, por lo que mantener su equilibrio favorece una mejor respuesta general.