La Liga Tucumana de Fútbol atraviesa uno de sus momentos más delicados en términos de credibilidad. Entre fallos discutidos, declaraciones calientes y sospechas que se multiplican en redes, la dirigencia intenta recomponer la relación con los clubes y recuperar el orden institucional.

En LG Play, Darío Zamoratte reconoció que la situación requiere un replanteo profundo. “Primero tenemos que juntarnos todos los presidentes y marcar un rumbo”, señaló. Para el dirigente, la Liga necesita acordar objetivos comunes para evitar que cada conflicto derive en crisis públicas que dañan la competencia.

También afirmó que gran parte del malestar se origina en el clima que generan algunos actores antes de los partidos: “Si queremos un fútbol mejor, tenemos que ser sinceros. El clima previo condiciona todo”. Según describió, los árbitros y organizadores trabajan bajo presión constante por los rumores que circulan incluso antes de que comience la serie final.

Zamoratte defendió el trabajo del comité ejecutivo y destacó que se lograron ocho meses de competencia en varias divisiones con calendario sostenido. “Sabemos el esfuerzo que hacen los 60 clubes afiliados. Queremos darle seguridad a todos”, aseguró.

Cambios y desafíos

Consultado por el futuro del torneo y la clasificación al Regional, el dirigente admitió que ajustar el calendario es complejo por la diferencia con el Consejo Federal. De todos modos, anticipó que habrá mesas de trabajo para rediscutir estructuras y calendarios, con el objetivo de bajar tensiones y ordenar la próxima temporada.