En medio de un clima inflamado, la voz del presidente de Famaillá llegó como un intento de equilibrio. No se sumó al reproche frontal del DT ni al tono emotivo del capitán, pero tampoco suavizó demasiado la escena. Fernando Aguilar eligió un punto intermedio; pidió calma, apuntó a lo administrativo y lanzó alguna que otra crítica lateral.

“Tengo que esperar el informe del Consejo Federal. Mi equipo no abandonó nunca; sacamos tres veces del medio por los tres goles de ellos”, explicó, tratando de despejar la acusación central del comunicado de la Liga. Aguilar sostiene que la suspensión se debió a la agresión que habría sufrido la asistente Flavia Vallejos por parte del público visitante. “Eso le notificaron al capitán en el vestuario”, aclaró.

Y allí abrió otra línea de cuestionamiento: “Si estaba prohibido que nuestro público entre, ¿por qué lo dejaron pasar? Esa es la pregunta que nadie responde”, señaló.

El presidente de Famaillá apuntó contra la Liga

El presidente evitó tensar más la cuerda con el Consejo Federal, pero no pudo evitar marcar distancia con la Liga Tucumana. “Ni redactar un comunicado saben. La Liga se puso en contra del pueblo, y todo está a la vista”, dijo, con un tono medido pero inconfundible.

Aguilar cierra pidiendo prudencia. Pero la sensación es que la calma no depende sólo de él. Mientras aguarda el informe oficial, el club ya se prepara para un fallo que puede definir buena parte de su futuro inmediato.