Abrir una palta suele sentirse como un pequeño triunfo doméstico. La pulpa cremosa y verde parece perfecta, aunque la ilusión dura poco: con el paso de las horas, el color cambia y la superficie comienza a oscurecerse. Ese deterioro rápido es común en todas partes, pero no necesariamente inevitable.
En distintas cocinas se ha mantenido vivo un método sencillo y sorprendentemente efectivo que ayuda a conservarla por más tiempo. El protagonista es algo tan básico como un trozo de cebolla.
En hogares de Argentina, España y varios países de la región se utiliza una técnica que ha pasado de generación en generación: guardar la mitad de la palta en un recipiente hermético y agregar un poco de cebolla morada. No hace falta tocar la pulpa para que funcione. La cebolla libera compuestos que retrasan la oxidación y mantienen ese tono verde que tanto se busca. En Colombia se aplica igual y con buenos resultados, especialmente en hogares donde la palta forma parte de la rutina diaria.
La preparación es sencilla. Se acomoda la cebolla en el fondo del recipiente y encima se coloca la palta con el corte hacia arriba. Sin contacto directo entre ambos, el fruto conserva mejor su sabor. Todo se cierra con fuerza y va a la heladera. Así puede mantenerse en buen estado durante dos o tres días, lo que resulta útil para quienes comen solo una porción o buscan evitar el desperdicio.
En muchas cocinas existe además la costumbre de usar limón para proteger la pulpa. Un toque sobre la superficie ayuda a mantener el color porque crea una barrera natural frente al aire. Con el aceite de oliva ocurre algo similar y suele ser útil cuando se quiere conservar el sabor casi intacto. También es común envolver la parte abierta con papel film, aunque solo funciona bien cuando cubre directamente la pulpa.
Otro truco se ha vuelto popular en videos caseros: sumergir la mitad de la palta en agua fría dentro de un recipiente cerrado y guardarlo en la heladera. Es una solución práctica para uno o dos días y suele funcionar cuando el consumo es rápido.
¿El almacenamiento varía según el punto de maduración?
Si aún está verde, lo mejor es dejarla a temperatura ambiente para que complete su proceso natural. Una vez madura, la refrigeración ayuda a mantenerla firme unos días más. Dejar el hueso en la mitad abierta también reduce un poco la superficie expuesta, aunque por sí solo no detiene el oscurecimiento, consignó el diario La Nación.
Algunos especialistas recomiendan cortar el fruto de manera transversal para que quede menos pulpa al aire. Es un ajuste mínimo, pero útil para quienes la consumen de a poco. Otros optan por congelarla cuando necesitan conservarla por más tiempo. Antes de hacerlo conviene humedecer la superficie con limón para mantener el color. La textura cambia al descongelar, pero sigue siendo ideal para guacamoles, batidos o sopas.
Cuidar la vida útil de la palta se ha convertido en parte de la organización diaria en muchas casas. Mantenerla fresca ayuda a aprovechar mejor la comida, reducir el desperdicio y planear recetas con más libertad. Son métodos simples y accesibles que se adaptan al uso de cada familia y permiten que un alimento tan presente en la mesa conserve su frescura por más tiempo.