Juan Cuevas eligió Instagram para ponerle punto final a su paso por San Martín de Tucumán. Después de días movidos, con su salida ya oficializada por el club y en plena transición institucional, el mediocampista publicó un mensaje en el que agradeció, reconoció su frustración por no haber logrado el ascenso y dejó un deseo claro sobre el futuro del “Santo”.

“Muchas gracias @casmoficialok, me voy con la espina de no haber podido lograr el objetivo que todos queríamos, estoy seguro de que tarde o temprano San Martín va a jugar en Primera. Yo quería ser parte de la historia grande pero lamentablemente no se pudo. Lo intenté y lo di todo. Les agradezco todo el apoyo que nos dieron. Les deseo lo mejor de corazón”, escribió, junto a una foto festejando un gol con la camiseta rojiblanca.

La publicación llegó en un momento que ya venía cargado. Su rescisión anticipada había sido la primera noticia fuerte en un plantel que esperaba definiciones y que ahora atraviesa una depuración que coincide con la recta final del proceso electoral. Días después, el club sumó más claridad al panorama al anunciar directamente en sus redes las siete salidas del plantel profesional, con Cuevas incluido entre los nombres del comunicado.

El ciclo del mediocampista dejó números contundentes y un vínculo emocional siempre intenso con la hinchada. En 2025 disputó 34 partidos, con cinco goles y dos asistencias; en 2024 sumó 41 encuentros, cuatro tantos y cinco pases de gol. En total, acumuló 75 partidos, nueve goles y siete asistencias con la camiseta del “Santo”. Su estadía estuvo marcada tanto por su protagonismo dentro de la cancha como por una relación de “amor-odio” con la tribuna, que él mismo había reconocido en entrevistas previas, donde decía que los cuestionamientos lo potenciaban, que nunca lo habían insultado tanto como en Tucumán y que su carácter lo llevaba a pedir la pelota aun en los momentos más tensos.

Su salida, además, se dio en un punto clave: con una nueva dirigencia a días de asumir, San Martín ya empezó a reconfigurar su plantel pensando en 2026. Y aunque las razones de cada desvinculación fueron variadas, el club dejó en claro que la lista podría seguir creciendo.

En ese panorama, el mensaje de Cuevas funciona como un cierre definitivo de un ciclo que tuvo rendimiento, polémicas, exposición y una convivencia emocional que nunca pasó inadvertida. Su despedida, sincera y sin muchas más vueltas, deja también una frase que resume su sensación: la espina de no haber logrado el ascenso, pero la convicción de que el club tarde o temprano volverá a Primera.

La Ciudadela entra en una nueva etapa. Cuevas ya quedó del otro lado, pero su adiós vuelve a marcar que el rearmado del plantel recién empieza.