Cada 3 de diciembre, el Día del Médico vuelve a poner en primer plano un tema que preocupa a las instituciones de salud de todo el país: la creciente dificultad para cubrir ciertas áreas clave. Mientras aumentan las consultas y la demanda de atención, algunos servicios enfrentan una escasez de profesionales que empieza a sentirse tanto en hospitales públicos como en clínicas privadas.
Fue al médico por un dolor de cabeza, le dijeron que era una contractura y murió de un ACVDetrás de esta tendencia hay especialidades que hoy se disputan vacantes, guardias y residentes, y otras que sorprenden por su rápido crecimiento. ¿Cuáles son las más requeridas en la Argentina y por qué se volvió tan difícil encontrar médicos en esos campos? Las respuestas revelan un mapa sanitario en pleno cambio.
¿Cuáles son las especialidades más demandadas en Argentina?
Hay consenso en que varias especialidades destacan en Argentina por su demanda sostenida. Entre las más mencionadas se encuentran:
- Clínica médica / medicina general (atención primaria) y pediatría.
- Cirugía general y especialidades quirúrgicas como anestesiología.
- Tocoginecología / ginecología-obstetricia.
- Especialidades vinculadas a diagnóstico por imágenes (radiología, estudios de imágenes) y subespecialidades como oftalmología.
- Cardiología, dada la creciente carga de enfermedades cardiovasculares.
Además de estas, la demanda actual también pone foco en especialidades críticas para el primer nivel de atención y salud comunitaria, aunque hay escasez de profesionales: muchos de los cargos en clínica médica, medicina general y pediatría quedan parcialmente vacantes
Día del Médico: por qué se conmemora el 3 de diciembre en la Argentina
El Día del Médico se celebra cada 3 de diciembre en Latinoamérica, especialmente en Argentina, conmemorando un hito científico originado en Cuba. La fecha rinde homenaje al natalicio de Carlos Juan Finlay Barrés (nacido en Camaguey en 1833), quien heredó de su padre británico la pasión por la medicina. Su contribución clave surgió de una exhaustiva investigación sobre la fiebre amarilla.
Contrario a la creencia popular de la época, que señalaba el contagio por contacto con ropa u objetos, Finlay Barrés fue el primero en postular que la enfermedad se transmitía por la picadura de mosquitos. Aunque su teoría fue inicialmente desestimada, una comisión de Estados Unidos continuó la lucha contra la fiebre amarilla en 1901 y confirmó la genialidad de su postulado.
Al identificar al mosquito Aedes aegypti como el principal agente propagador, se pudo enfocar la prevención y salvar miles de vidas. Por ello, en 1955, la Confederación Médica Panamericana (CMP) oficializó el nacimiento de este médico cubano como la fecha para celebrar a todos los profesionales de la salud.