En la rutina de nuestro hogar, nos acostumbramos a la continua presencia de electrodomésticos; desde la heladrea que funciona sin pausa hasta las luces que encendemos al llegar. Sin embargo, existe un artefacto que, por su diseño inofensivo y su uso cotidiano, solemos pasar por alto, y que debe desconectarse obligatoriamente al terminar de usarlo si queremos evitar un potencial accidente.

Este pequeño pero poderoso equipo es un elemento básico en la mayoría de las cocinas. Aunque su función es simple, el proceso requiere que soporte altas temperaturas, lo que inherentemente implica un riesgo. Mucha gente no le presta la atención necesaria, cayendo en una falsa sensación de seguridad debido a su tamaño.

De este modo, este electrodoméstic se convierte en un peligro real cuando no se toman las debidas precauciones inmediatamente después de su uso.

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El electrodoméstico que siempre hay que desenchufar 

El electrodoméstico en la mira es la tostadora y el principal problema radica en los restos de pan y las migas que caen y se acumulan en la base interior del aparato. Si estos residuos no se remueven con regularidad, pueden incendiarse debido al calor generado en el siguiente ciclo de tostado.

Este riesgo se incrementa de forma alarmante si el electrodoméstico permanece enchufado a la corriente. Un fallo eléctrico inesperado o un encendido accidental podría encender las migas, lo que podría desencadenar un siniestro mayor.

Además, si al usar la tostadora sentís un olor a quemado que persiste, significa que hay migas atrapadas que están carbonizándose, una clara señal de que el aparato no está funcionando bien y necesita una limpieza urgente y, sobre todo, ser desenchufado.

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La recomendación de los expertos para evitar accidentes

Para prevenir cualquier inconveniente, los especialistas en seguridad eléctrica y del hogar aconsejan la desconexión de la tostadora después de cada uso. Limpiar el aparato de forma periódica es igualmente crucial para evitar la peligrosa acumulación de restos.

Este simple hábito de desenchufar ayuda a mitigar el peligro que representa su alta potencia. Las empresas de energía estimaron que una tostadora promedio opera con una potencia que generalmente ronda los 1.000 W y solo necesita alrededor de 3 minutos para terminar de tostar el pan.