Quien deja librado al azar la gestión de su jubilación, pierde un sinfín de oportunidades para planificar el retiro y mejorar considerablemente sus ingresos futuros. No se trata solo de esperar cumplir la edad, armar un expediente y tramitar una jubilación ordinaria. Es mucho más complejo, técnico y exige una mirada integral sobre la vida laboral y las herramientas disponibles para proyectar un mejor haber previsional.
A partir de los 40 o 45 años, ya es recomendable realizar un análisis previsional integral: revisar la historia laboral, los aportes efectuados y calcular cuál sería el haber jubilatorio si hoy fuera el momento del retiro.
Aunque se trata de una tarea técnica, propia de abogados especialistas en Derecho Previsional, es perfectamente posible estimar con anticipación cuál sería el monto del haber y, sobre todo, el porcentaje de ingresos que se dejará de percibir.
Esa información permite, con tiempo, diseñar estrategias de compensación a través de planes de retiro o seguros de vida con ahorro, de modo que los ingresos en la etapa pasiva puedan sostener el nivel de vida, la familia y las necesidades derivadas de una mayor longevidad.
Detectar y corregir a tiempo
El mismo análisis previsional integral también permite detectar faltantes de aportes, períodos impagos o tareas no registradas, situaciones que muchas veces pasan inadvertidas hasta el momento del trámite. Detectarlas con tiempo ofrece una enorme ventaja: se pueden regularizar mediante distintas herramientas como:
Reconocimiento de servicios de tareas que no fueron registradas en sistema.
Planes de deuda previsional.
Moratorias vigentes.
Cotizaciones de planes de retiro o vida con ahorro.
La clave, la prevención
Todo esto es posible únicamente si el propio trabajador se ocupa de su situación particular con anticipación y busca asesoramiento especializado.
Desde nuestra estructura profesional contamos con un equipo interdisciplinario preparado para brindar soluciones concretas en cada caso: diagnóstico previsional, regularización de aportes y diseño de planes de retiro y ahorro personalizados.
Planificar la jubilación no es preocuparse antes de tiempo. Es ejercer el derecho a elegir cómo queremos vivir el futuro.
Y ese futuro —sin dudas— empieza hoy.