Mientras Europa enfrenta una de las olas de gripe más tempranas y agresivas de los últimos años, especialistas de la región advierten que la variante K del virus influenza A (H3N2) podría llegar a Sudamérica durante el otoño. Con sistemas sanitarios bajo presión y un aumento significativo de hospitalizaciones, las autoridades de salud recomiendan reforzar la vacunación, especialmente en los grupos más vulnerables.

En países como Reino Unido, España, Francia, Alemania e Italia, la circulación de la gripe se adelantó entre tres y seis semanas respecto del promedio histórico. Este escenario, sumado a la presencia simultánea del virus sincicial respiratorio (VRS) y del SARS-CoV-2, está complicando los diagnósticos y generando un aumento en las consultas de emergencia.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que esta combinación de virus respiratorios exige intensificar las medidas de prevención y acelerar la inmunización para reducir el impacto en los sistemas de salud durante el invierno del hemisferio norte.

La variante K de H3N2: más contagiosa y con mayor impacto epidemiológico

La variante K del H3N2 se caracteriza por mutaciones en la proteína de hemaglutinina, que aumentan su capacidad de contagio y le permiten esquivar parcialmente la inmunidad generada por vacunas o infecciones previas. Aunque no se ha demostrado que provoque cuadros más graves, sí está asociada a un aumento pronunciado de hospitalizaciones.

Los síntomas más reportados incluyen fiebre alta, tos seca, dolor muscular intenso, molestias digestivas y un cansancio marcado. Estos signos, similares a los de COVID-19 y VRS, hacen necesaria la consulta médica para un diagnóstico correcto.

Quiénes deben vacunarse: los grupos más afectados

La experiencia europea vuelve a poner bajo la lupa a los grupos con mayor riesgo de complicaciones. Entre ellos se encuentran:

Mayores de 65 años

Niños menores de cinco años

Embarazadas

Personas con enfermedades crónicas

Pacientes inmunocomprometidos

Trabajadores de la salud

Los especialistas subrayan que la vacuna debe aplicarse todos los años. “No importa cuántas dosis hayas recibido en el pasado; si no te vacunaste esta temporada, no estás protegido”, advirtió la infectóloga Elena Obieta, de la Sociedad Argentina de Infectología.

Cómo se comporta el brote en el mundo y cuándo podría llegar a la región

El brote actual comenzó en Australia y Nueva Zelanda a mediados de año, y en pocas semanas ya se registraban casos en más de 30 países europeos. Hasta el momento, ningún país de Sudamérica confirmó la circulación de la variante K, pero los expertos coinciden en que su llegada es cuestión de tiempo debido al movimiento turístico.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) señala que los países de la región deberán anticipar sus campañas de vacunación, idealmente a partir de marzo, para llegar al otoño austral con los grupos de riesgo protegidos.

Qué vacunas estarán disponibles en Argentina

La Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología confirmó que estarán disponibles varias formulaciones:

Trivalente pediátrica y de adultos, que cubre dos cepas de influenza A y una B.

Trivalente adyuvantada, recomendada para mayores de 65 años y personas con enfermedades crónicas.

Cuadrivalente, que agrega una segunda cepa B y amplía la cobertura a más grupos etarios.

Todas están aprobadas por ANMAT y recomendadas por la OMS.

Medidas preventivas que siguen vigentes

Para reducir la transmisión, las autoridades sanitarias recomiendan:

Lavado frecuente de manos

Ventilación cruzada en espacios cerrados

Uso de barbijo ante síntomas o en grupos de riesgo

Evitar asistir al trabajo o la escuela con fiebre o malestar

Aislamiento preventivo en caso de contagio

Mantener actualizados los esquemas de vacunación contra gripe, COVID-19 y VRS

Prepararse antes de viajar

Para quienes viajen a Europa o a países con brotes activos, la vacunación debe realizarse al menos dos semanas antes del vuelo, a fin de asegurar una protección adecuada.

Por qué la vacunación sigue siendo clave

A pesar de la mayor transmisibilidad de la variante K, las vacunas actuales mantienen una eficacia significativa para prevenir formas graves de la enfermedad. Según datos internacionales, reducen alrededor del 65% el riesgo de hospitalización.

Los especialistas coinciden en un punto: la experiencia europea permite anticipar medidas y evitar un impacto mayor en el sistema de salud local. “Tenemos la ventaja de ver lo que ya está pasando afuera. Cuanto antes se vacunen los grupos de riesgo, mejor preparados estaremos”, sostuvo la infectóloga Obieta.