Enfermedades que parecían erradicadas resurgieron en las últimos meses y preocupa a los especialistas. Por eso, la vacunación se convierte en un acto de responsabilidad social. Durante su participación en “Encuentros LA GACETA”, dentro del ciclo “Sentirnos bien”, la infectóloga e investigadora Aída Torres, directora del Centro de Investigaciones en Vacunas (CEIVAC), alertó sobre la reaparición de patologías como la coqueluche, el sarampión y la hepatitis, que ya están provocando muertes evitables.

“Estamos viendo cuadros que los médicos jóvenes ni conocen porque habían desaparecido. Si bajamos la guardia, el pasado vuelve con fuerza”, advirtió la especialista, al destacar que el país enfrenta un descenso histórico en las tasas de vacunación.

El valor de las vacunas

Torres recordó que la Argentina posee uno de los calendarios de vacunación más amplios y gratuitos del mundo, con 18 vacunas incluidas y disponibles en todo el sistema público. “Son de excelente calidad y eficacia, reconocidas a nivel internacional. Cada una fue creada para prevenir enfermedades graves que provocaron internaciones y muertes, no molestias leves ni resfríos”, enfatizó.

La médica evocó episodios de la historia sanitaria que hoy parecen lejanos. “Basta recordar la epidemia de poliomielitis: hospitales llenos, niños paralizados, familias enteras devastadas. Hoy no lo vemos, y es gracias a la vacunación. Pero si detenemos los esquemas, esas enfermedades regresan. Ese es el temor que compartimos los investigadores en todo el mundo”, explicó Torres, que con tono firme, subrayó el impacto colectivo de una decisión individual. “Vacunarse no solo protege a la persona, también cuida a la comunidad. Nuestro sistema de salud no tiene las camas suficientes para resistir brotes de enfermedades prevenibles. Es más simple y más responsable vacunarse que saturar los hospitales”, agregó.

Mitos, miedo y educación

La experta atribuyó el descenso de las coberturas a un conjunto de causas: desinformación, miedo y pérdida de campañas sostenidas. “El miedo a la vacuna es un mito peligroso. Hay que derribarlo con información, educación y comunicación clara. Si uno no estimula a la gente, no se vacuna.

Una advertencia global

La especialista advirtió que el fenómeno trasciende fronteras. “En Europa, la caída en la vacunación antigripal adelantó los brotes y colapsó hospitales. Ahora van casa por casa para inmunizar. Nosotros todavía estamos a tiempo”, sostuvo Torres, que dejó un mensaje final que resume el desafío colectivo. “Las vacunas son un lujo que tiene la Argentina y no lo sabemos aprovechar. Gracias a ellas vivimos más y mejor. No se trata de miedo, sino de conciencia. Vacunarse no es un trámite: es un acto de amor, de memoria y de respeto por la vida”, concluyó.