CIUDAD DEL VATICANO.- El papa León XIV nombró a Roland Hicks al frente de la arquidiócesis de Nueva York en reemplazo del influyente cardenal Timothy Dolan, apartando así a una figura clave del sector conservador en favor de un joven obispo sensible a las cuestiones sociales.

El nombramiento causó un terremoto en el polarizado mundo eclesiástico norteamericano. Dolan, arzobispo de Nueva York desde 2009, tiene 75 años y es muy amigo de Donald Trump, quien lo había señalado como su candidato favorito en el cónclave de mayo.

Hicks, obispo de Joliet (en el estado de Illinois), tiene “apenas” 58 años y es un “pastor con olor a oveja” (figura que designa a alguien cercano a los humildes), que está a favor de los migrantes y es pupilo del cardenal progresista Blase Cupich, arzobispo de Chicago.

Se trata del nombramiento episcopal más importante desde la elección de León XIV al frente de la Iglesia católica en mayo, lo que deja entrever la voluntad de una mayor firmeza frente a las decisiones de la administración estadounidense, en particular en materia de defensa de los derechos humanos.

León XVI eligió para el puesto a un hombre a quien ya conocía: se vieron en 2024 cuando el entonces cardenal Robert Prevost dio una charla en una parroquia de la diócesis de Joliet. Después, según Hicks contó a WGN News tras la elección de León, charlaron durante unos 20 minutos sobre el papa Francisco, la iglesia universal y el trabajo en su diócesis, y descubrieron que tenían mucho en común.

En un contexto de fuerte polarización en Estados Unidos, la elección de León XIV puede interpretarse como una voluntad de alejar a la arquidiócesis de Nueva York de una imagen partidista y de insistir en el mensaje de la Iglesia católica en materia de doctrina social y atención a los marginados.

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En noviembre Hicks expresó su “solidaridad con todos nuestros hermanos y hermanas” con motivo de la publicación de una carta de los obispos estadounidenses que criticaba la política antimigratoria de la Casa Blanca. Trump emprendió desde enero una campaña dura contra lo que califica de inmigración ilegal, hablando de una “invasión de Estados Unidos por criminales procedentes del extranjero” y comunicando ampliamente sobre las expulsiones.

Siguiendo la línea de su predecesor argentino Francisco, León XIV llama a acoger a los refugiados y a respetar los derechos humanos, llegando incluso a denunciar el trato “extremadamente irrespetuoso” dispensado a los migrantes por Washington.

Hicks comparte otros puntos en común con León XIV ya que ejerció su ministerio en parroquias de la arquidiócesis de Chicago, ciudad natal de Robert Francis Prevost, y sirvió durante cinco años en El Salvador, en América Central, mientras que León XIV pasó 20 años en Perú.

Aunque a los cardenales que presentan su renuncia al cumplir los 75 años se les suele permitir permanecer en el cargo por más tiempo, el papa León aceptó rápidamente la renuncia de Dolan por varias razones.

Durante los 16 años de Dolan como arzobispo de Nueva York, la arquidiócesis se vio envuelta de diversas maneras en el escándalo de abusos sexuales por parte del clero, que también planteó dudas sobre su gestión de algunos casos.

La prolongada crisis culminó en el reciente acuerdo con 1.300 sobrevivientes de abusos del clero por un total de 300 millones de dólares. Una vez alcanzado el acuerdo, quedó claro que la arquidiócesis necesitaba un nuevo líder.

Un estilo propio

Aunque impone un estilo propio, que se destaca por la mesura y la libertad de tono en sus declaraciones a la prensa, en cuestiones de fondo, el papa agustino se inscribe en la continuidad con su predecesor jesuita, al apostar por la defensa de los migrantes, la justicia social y el diálogo entre religiones.

Pero el poder temporal del Vaticano se toma su tiempo también. Y en ese sentido, sus nombramientos de gran calado han sido escasos, aún no se ha instalado en los apartamentos pontificios, y su agenda se ha visto en buena medida acaparada por los actos del Jubileo.

A nivel internacional, León sólo ha hecho un viaje fuera de Italia (Turquía y Líbano), que permitió no obstante desvelar claramente sus diferencias con Francisco en lo relativo a la forma.

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Pese al fervor con que fue recibido en Líbano a inicios de diciembre, León XIV se guardó de mostrarse demasiado efusivo. Leyó sus discursos sin salirse del guión, y saludó con sobriedad a los fieles, manteniéndose muy contenido incluso durante los baños de masas.

“Seguro de sus ideas”

“El papa comunica por la forma como viste su cuerpo, por los gestos, las señales”, comenta Roberto Regoli, sacerdote italiano y profesor de la universidad pontificia gregoriana de Roma.

Y si bien “el estilo de Francisco estaba muy vinculado a la palabra” y a la improvisación, León XIV transmite sus emiciones “con el rostro y su mirada penetrante”, dice Regoli.

“No es una persona que impone su presencia”, añade el sacerdote italiano, que ve al pontífice como una personalidad “suave” y “muy segura”.

Desde los primeros meses de su pontificado, el jefe de la Iglesia católica ha retomado una tradición que había sido abandonada: el descanso semanal que se otorga en Castel Gandolfo, la residencia estival de los papas, cerca de Roma. Allí cuenta León XIV que reparte su tiempo entre tenis, natación, lectura y llamadas telefónicas.

“Todos deberían hacer ejercicio, por el cuerpo y por el alma. Es muy beneficioso”, sostiene.

El pontífice ha tomado el hábito también de responder a las preguntas de los periodistas. Un método de comunicación transparente y riguroso, allí donde Francisco, en cambio, era más adepto de las entrevistas exclusivas con tal o cual medio. León sólo dio una entrevista exclusiva en estos siete meses que lleva en el cargo. En las últimas semanas mostró incluso una libertad de tono inesperada, al comentar las decisiones de su compatriota Donald Trump.

“No esquiva las preguntas. Dice lo que piensa, porque está seguro de sus ideas y de su gestión”, destaca Regoli

Sus dotes de políglota le dan un alcance amplio, además. Además de su inglés natal y el italiano de rigor en el Vaticano, domina el español, que empleó el 8 de mayo la primera vez que se dirigió a los fieles tras su elección. Además habla francés, lengua que utilizó para dirigirse a los fieles durante su visita a Líbano.