"Tenemos la sensación de no saber en qué mundo estamos, ni qué está pasando", aseveró ayer Gabriel Bellos. El psicólogo advirtió que el descreimiento generalizado en amplios sectores respecto de la muerte de Osama bin Laden, está íntimamente vinculado con una crisis de confianza general, que abarca tanto al emisor de una noticia (como Barack Obama) como a los medios de comunicación que la reproducen: "ya no se le cree a la fuente ni al periodista; hay una desazón general sobre los medios a nivel global".
"En la web hay tanta posibilidad de publicar las cosas que pasan, que se generó una desacreditación del periodismo profesional; hoy cualquier cosa se puede transformar en noticia, incluso como pasa con las falsas. Actualmente estamos más cerca de la fantasía y más lejos de la información", remarcó el docente de antropología en la UNT.
Bellos se preguntó: "¿qué importancia tiene que Bin Laden esté vivo o muerto, o si Obama se transforma en un héroe ? ¿Cambió el mundo por la muerte de John Kennedy, o lo va a hacer ahora?". Consideró que ni siquiera la difusión de las fotos del cadáver de Bin Laden generaría cambios en el pensamiento de los escépticos. "Si quedaba algo de credibilidad, la tecnología y el Photoshop la reventaron", finalizó.