Hay algo que caracteriza a Andrés Enrique Fabersani cuando habla. Abre grandes los ojos; mueve mucho las manos; y acentúa espaciadamente las palabras. Por ejemplo, dice: "porque no-hay-dudas (pausa) de-queEma Gómez (pausa) mató-al-juez Héctor Agustín Aráoz".
Quizás sea por esa forma de ser, extrovertida y verborrágica (lo dice su informe psicológico), que Fabersani es uno de los personajes más polémicos del caso Aráoz.
Él tenía 35 años cuando el magistrado fue brutalmente asesinado, en su casa de Yerba Buena. Hoy tiene 41 (cumple 42 el 11 de julio). Pero todo parece indicar que la personalidad del ex policía no cambió demasiado desde aquel episodio.
Por aquellos años, trabajaba en la comisaría de Banda del Río Salí. Tenía el grado de oficial ayudante, y sus superiores le solían asignar labores importantes, que requerían confianza. Sucede que el propio Fabersani admite su pasión por investigar. "Yo esclarecí el crimen de Aráoz", dijo ante los jueces. ¿Los habrá convencido?
Hoy, ya no trabaja en la fuerza. En su currículum figura un paso por una de las principales áreas de la Policía: la sección Robos y Hurtos de la capital. También estuvo en la comisaría más importante de la ciudad, la seccional 1ª. Por alguna razón, sin embargo, su último destino fue la dependencia de Banda del Río Salí.
Ema Gómez les dijo a los jueces que hoy Fabersani vive de prestar dinero. Y que lo hace en sociedad de su inseparable compañero de causa, Darío Pérez. Aquel que, según las acusaciones oficiales, el ex oficial trató de encubrir.
Fabersani, por su parte, niega enfáticamente todo esto. Incluso lo que dijo Ema Gómez. Ante el tribunal aseguró que se gana la vida gracias a unas inversiones en una empresa (no dio detalles). Además, se lo suele ver en los ring side o en las tribunas en las veladas de boxeo. Esa, además de las investigaciones policiales, es su otra pasión.