CÓRDOBA.- ¿Para qué sirve un amistoso entre dos seleccionados que no llegaron a realizar dos prácticas seguidas? Para sufrir. Sufre el hincha que paga su entrada para ver uno que otro lujo. Sufren los entrenadores que terminan amargados por cómo se les lesionan sus figuras. Argentina y Brasil empataron 0 a 0, aburrieron de lo lindo y provocaron un dolor de cabeza a Miguel Ángel Russo y a Ricardo Gareca, que vieron en vivo y en directo cómo tuvieron problemas físicos Mauro Boselli (podría estar desgarrado) y Juan Manuel Martínez, hombres fundamentales en Estudiantes y Vélez, respectivamente.

El encuentro fue muy chato. Casi no hubo emociones, porque ninguno de los dos equipos pudo, durante los 90 minutos, elaborar una jugada colectiva como marca el manual del buen fútbol. Los visitantes tuvieron dos claras, pero fueron por las genialidades de sus figuras.

En el primer tiempo, después de una buena jugada de Neymar, Leandro Damio remata y estrella la pelota en el palo. En el complemento, el mismo brasileño, en lo mejor del encuentro, dejó pagando a Emiliano Papa con una bicicleta y de emboquillada probó al arco, pero otra vez la pelota se estrelló en el palo .

¿Y Argentina? Muy poco para destacar. No hubo juego colectivo; perdió a sus dos delanteros titulares muy rápidamente y el ex Atlético Emmanuel Giglioti hizo muy poco. La revancha será el 28, en Brasil. Ojalá que ambos equipos regalen algo más de fútbol. (Especial)