El coronel Lorenzo Lugones (1796-1868), aunque santiagueño de nacimiento, residió en Tucumán la mayor parte de su vida, aquí formó su hogar y aquí falleció. Era suegro de nuestro famoso médico Víctor Bruland. En las memorias que redactó en 1855, hizo un tocante balance de sus servicios en la guerra de la Independencia.

Como "batallas generales", enumera: "la del Desaguadero, derrota, al mando del general Antonio González Balcarce y su segundo, coronel José Viamonte; la del Río de las Piedras, triunfo, al mando del general Manuel Belgrano y su segundo, el coronel Eustoquio Díaz Vélez; la de Tucumán, triunfo, por los mismos; la de Vilcapugio, pérdida, por los mismos; la de Ayohuma, derrota, por los mismos; y la de Sipe Sipe, derrota, al mando del general José Rondeau y su segundo, Francisco Fernández de la Cruz".

Como "combates parciales", enumera: "el de Chiriguaya, triunfo, al mando del comandante Esteban Hernández; Nazareno, contraste, al mando de Eustoquio Díaz Vélez; Abra Pampa, puestos del Marqués, triunfo, por Martín Miguel de Guemes; Venta y Media, contraste, por el brigadier Martín Rodríguez; Tablada de Tarija y toma de la plaza, triunfo, al mando del comandante Gregorio Aráoz de La Madrid; Chuquisaca, rechazo a Madrid; Ichupampa, contraste, por el mismo, y Sopachuy, derrota, al mismo; y un sinnúmero de guerrillas, la mayor parte de ellas mandadas por mí, en que supe acreditar el valor necesario para desempeñarme con buen suceso, sacar ventajas y dejar bien puesto el honor de las armas de la Patria".

Declarado por la Asamblea del XIII "Benemérito a la patria en grado heroico", declaraba Lugones que "no pretendo ni he pretendido nunca que mi Patria esté obligada conmigo a especiales y distinguidas consideraciones".