BUENOS AIRES.- Siempre fue un cultor del perfil bajo, a los 19 años comenzó a transitar los pasillos de Tribunales donde ingresó como meritorio en un juzgado de sentencia gracias a un primo de la madre, Eduardo Albano, que entonces era juez.
El juez nacional en lo criminal y correccional número 3, Daniel Eduardo Rafecas (44) se recibió de abogado en la UBA en 1990. Luego hizo la especialidad en Derecho Penal y sacó 10 de promedio.
Obtuvo su doctorado en Derecho Penal en 2009. Su tesis fue "Tortura y otras prácticas ilegales a detenidos, su reflejo en el Código Penal", bajo la tutoría de David Baigún. El jurado (Esteban Righi, Juan Marteau y Edgardo Donna) la calificó con "sobresaliente". Desde 2004 es titular del Juzgado número 3, cargo al que llegó por concurso público de oposición y antecedentes.
Desde 2003 es Profesor Adjunto de Derecho Penal (UBA). Entre 2006 y 2008 dictó el curso sobre "Violaciones masivas de derechos humanos durante el Holocausto".
En Tribunales todos hablan de él. Y algunos hasta lo comparan con el juez español Baltasar Garzón. Pero Daniel Rafecas tiene una particularidad: nadie, excepto algún que otro procesado por él, habla mal de este magistrado, designado en octubre de 2004, durante la gestión de Néstor Kirchner.
Aunque se lo intente, las anécdotas que relatan sus colegas, colaboradores, allegados o abogados del foro lo pintan, sencillamente, como un tipo normal. Un estudioso y laburante que, después de mucho esfuerzo, llegó al cargo que siempre soñó. Cuando Righi fue designado procurador general de la Nación por Kirchner, Rafecas trabajó codo con codo con el nuevo jefe de los fiscales, a quienes algunos señalan como su padrino político.
Este fanático de San Lorenzo, en la primaria fue un buen alumno de una escuela pública y después del Colegio San Francisco de Sales.
Rafecas nació en la ciudad de Buenos Aires y es el mayor de cuatro hermanos de una familia dispersa. Lo siguen Diego, director de la película "Un Buda"; una hermana que vive en Barcelona, adonde viajó en busca de trabajo tras la crisis de 2001, y el menor, Mariano, que vive en Perú. Allí se instaló la familia del ahora juez en 1985 porque, como ingeniero, su padre no conseguía empleo en la Argentina.
Su madre falleció hace más de 10 años en un accidente automovilístico, cuando viajaba hacia Buenos Aires para pasar la Navidad junto con su familia. (Especial)