Cuba amenaza de nuevo con convertirse en la gran protagonista ausente de otra cumbre hemisférica, para desmayo de un Estados Unidos que ve, una vez más, cómo la isla se convierte en la incómoda medida con que América Latina evalúa su actitud hacia la región.
Aunque junto con la anfitriona Colombia, EEUU ha tratado con fuerza de centrar la inminente Cumbre de las Américas en los numerosos proyectos que prevé su agenda, nadie se engaña acerca del hecho de que Cuba y el diálogo sobre alternativas en la lucha contra las drogas, se convertirán en los grandes temas en Cartagena de Indias.
Así se lo dejó en claro la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, a su par estadounidense, Barack Obama, cuando el lunes realizó su primera visita a Washington: le dijo que debía ser "la última cumbre sin Cuba", para lo cual existe "consenso" en la región.
Con todo, la advertencia no es nueva; palabras muy similares se pronunciaron en la Cumbre de Trinidad y Tobago en 2009, cuando Obama apenas había asumido en la Casa Blanca. Dos meses después, la OEA le levantó la suspensión de Cuba en el organismo, con apoyo de Washington, aunque el asesor especial para América Latina de EEUU, Dan Restrepo, recordó que la condición era que la isla "cumpla con los mismos criterios básicos y compromisos democráticos que los otros países".
También para el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, la pelota está en el campo de una Cuba que se ha negado reiteradamente a regresar al ente. "Tenía que venir a participar del diálogo para poder reincorporarse y no lo quiso hacer", subrayó al llegar a Cartagena.
"Obama tendría que ser un suicida para aceptar aparecer en una foto con Raúl Castro en un año electoral y en el medio de una campaña en la que los adversarios lo tildan de socialista", alertó el analista político brasileño, Clóvis Rossi.
La ausencia cubana sólo provocó la baja del presidente ecuatoriano, Rafael Correa. Que otros estrechos aliados de la isla, sobre todo el venezolano Hugo Chávez, acudan indica que nadie quiere aguarle la fiesta al respetado anfitrión, Juan Manuel Santos.