La espera se les hace eterna. Luchan sin descanso, esperando un futuro con más acción. La ansiedad de no poder estar en un campo de juego a la hora de luchar por los porotos, mata. Pero no queda otra que ponerle el pecho al momento y redoblar los esfuerzos para poder vencer al enemigo silencioso.
Entrenar sabiendo que el fin de semana no estarán entre los convocados es la cruz con la que se acostumbraron a vivir. Un karma que ellos quieren desterrar, aunque saben que sólo el tiempo tiene la palabra. Por eso, cada práctica es una final que puede transformarse en el trampolín a la gloria.
"En mi caso trato de progresar día a día para poder tener una nueva oportunidad en el equipo titular. Sé que debo recuperar el nivel que en un momento me permitió ganarme la confianza del técnico", señaló Daniel Carrasco, quien fue titular en el primer partido.
En un plantel tan nutrido como el "santo", colarse entre los que saltan al campo no es tarea sencilla. Carlos Ramacciotti tiene una base de jugadores que prácticamente no modificó durante las primeras siete fechas del torneo. Por eso, para los que no juegan es relevante mostrar su mejor cara en cada práctica.
"Intento no desesperarme. Este es un campeonato largo y mi chance puede llegar en cualquier momento", afirma Leonardo Rizo, el pibe más pedido por la popu. "Tengo que mostrar mi mejor nivel en los entrenamientos. Este plantel tiene grandes jugadores. Por eso se hace complicado ganarse un lugar", revela la "Joya".
El recambio debe ser igual o mejor que el titular, dicen los que saben. Por eso en el cuerpo técnico de San Martín intentan tener un grupo homogéneo. "Nosotros hacemos un trabajo diferenciado con los jugadores que no juegan para que estén en igualdad de condiciones que los titulares. Además la intención es, en la primera práctica de la semana, armar un amistoso para que ellos hagan fútbol. Pero en las últimas semanas se complicó un poco", explica Marcos Ramacciotti, ayudante de campo de su papá Carlos, que avisa que al final del año todo el grupo estará en igualdad de condiciones. "Cuando lleguemos al receso, todo el plantel habrá recorrido la misma distancia. De esa manera podremos arrancar con todo el 2013", aseguró.
La cabeza juega un papel clave cuando de no jugar se trata. Es primordial hacerse fuerte en ese aspecto para poder dar pelea en lo futbolístico. "Es duro venir a entrenar cuando no jugás, pero hay que redoblar los esfuerzos", dice Augusto Max.
Su misión no es para nada sencilla. Ellos trabajan detrás de escena, a sol y sombra, buscando un lugar en la marquesina.