PRAGA, República Checa.- De las estrellas de la WTA, la rusa María Sharapova sabe brillar por sí sola. Al menos eso dejó en claro durante una exhibición en Praga, junto a las locales Petra Kvitova y Lucie Safarova. Tras perder la final en Estambul ante Serena Williams, la rubia se relajó y deleitó a los checos jugando para las cámaras de televisión.
Sin la presión de tener que ganar el partido, Sharapova se la pasó haciendo bromas con el público y los ball boys. Pero lo mejor llegó en el cierre, donde además de hacer poses sexies la más linda del circuito empinó una botella de champán. Diosa, la rusa se llevó los besos, miradas y aplausos de sus fanáticos. LA GACETA ©