-¿Volviste a ser rubio de ojos celeste? - "No sigo siendo el mismo morocho de siempre, je".
Un día después de haber vuelto a cobrar un cheque válido por tres puntos, y en la tranquilidad del descanso familiar, el discurso dominguero de Ricardo Rodríguez no perdió valor ni cocción. Está a punto. Las palabras del técnico de Atlético mantendrán su cotización de mercado al menos hasta el cruce contra Olimpo.
En Mataderos, "RR" y los suyos fueron torazo en rodeo ajeno. "Estoy contento. El equipo venía buscando un resultado positivo y por fin lo encontramos. Fue casi una quiniela, pero vale", dice Rodríguez, analizando el contexto de cómo Atlético se hizo dueño del 1-0 sobre Nueva Chicago sin escaparle al azar que hubo de su lado. "Había que estar en el lugar indicado", justifica el olfato de Agustín Peña antes de volver sobre sus pasos y sí tocar el tema fortuna. "Nunca me quejé de si teníamos o no suerte. No lució el equipo pero se ganó -insiste-. Hace cinco o seis fechas que se nos venía negando la victoria, por culpa nuestra o errores de los demás (arbitrales sobre todo)", recalcó.
La conformidad del DT se amolda al resultado. Hubo sonrisas y festejos, porque los tres puntos merecen ser tratados como tales. "Nos fuimos conformes, sí; después en la semana se verá la forma en que los ganamos. Ya habrá momento para analizar", dice "RR" y niega haberse sentido contra la espada y la pared. "Me sentí que debía salir a la cancha a ganar como decididamente lo hago cada vez que me presento con mis equipos. Y no, con la soga al cuello no me sentía", asegura y después se ilusiona: "ojalá éste sea el punto de partida".
El domingo 3 de noviembre no será un domingo cualquiera. Fue el domingo en el que Atlético levantó la cabeza; en el que Atlético volvió a saber que se puede ganar sin brillar. "Estoy agradecido a los que están a mi lado, a los que me quieren y me lo hacen sentir en la calle. Fui a Tucumán a tratar de cumplir un año y me daría mucha bronca y dolor tener que irme antes de tiempo". Rodríguez habla de 12 meses, de tiempo suficiente para que su "decano" se levante del letargo y comience a pelear arriba por el ascenso. Total, equipo hay, jura el "Negro". "Sí, no soy rubio de ojos celestes; sigo siendo el mismo morocho de siempre, je".