El CAIRO.- La Policía de Egipto intentó repeler con gases lacrimógenos a decenas de miles manifestantes que protestaban contra la decisión del presidente islámico, Mohamed Mursi, de realizar un referendo para aprobar una nueva Constitución de inspiración religiosa musulmana, mientras se repetían incidentes violentos y muchos movilizados sobrepasaban el cordón de seguridad que rodea al palacio de Gobierno.
Liberales, izquierdistas y cristianos coptos, entre otros, han acusado al jefe de Estado de establecer un escenario político dictatorial para avanzar con una Carta Magna delineada por una Asamblea dominada por musulmanes moderados y fundamentalistas. Para su plena vigencia, el texto deberá ser avalado en un plebiscito convocado para sábado 15.
Dos fuentes de la residencia confirmaron que Mursi abandonó el edificio debido a las protestas. "El Presidente dejó el palacio", señaló un vocero que pidió no ser identificado. La ola de protestas comenzó cuando el mandatario se autoadjudicó temporalmente poderes extraordinarios y, al mismo tiempo, prohibió que sus medidas sean analizadas por la Justicia, poder aún dominado por magistrados designados por su predecesor, el condenado Hosni Mubarak.
"El pueblo quiere la caída del régimen" y "váyanse, váyanse", gritaban los movilizados, que sostenían banderas egipcias con la inscripción "No a la Constitución". Otros activistas se reunieron frente a dos mezquitas en el norte de El Cairo. En la concentración se oyeron también consignas contra el partido Hermanos Musulmanes, con el que Mursi ganó las elecciones en junio.
"Muchos de nuestros líderes nacionales y jóvenes se unirán en nuestras marchas, que son contra la tiranía y el inválido decreto constitucional. No nos retractaremos en nuestra posición hasta que nuestras demandas sean cumplidas", afirmó Hussein Abdel Ghany, portavoz de la coalición de oposición. No obstante, hasta ahora ha habido sólo una respuesta limitada al llamado a una campaña de desobediencia civil en el país más poblado del mundo árabe y su centro cultural. También hubo marchas en Alejandría, la segunda ciudad egipcia.
Los 11 diarios independientes más leídos del país no publicaron sus ediciones de ayer en protesta a lo que llamaron la "dictadura" de Mursi. En tanto, los bancos cerraron tres horas antes de lo normal.
"Mursi debe salir a hablar y escuchar al pueblo, a la oposición, que le dice 'no' a la Constitución y 'no' a la autocracia, y que no es débil ni inoperante", aseveró el dirigente Abdelrahman Mansour.
Desde el entorno de Mursi se anunció que hubo reuniones sobre la actual crisis, aunque no asistieron opositores. "Se abrió la puerta para un diálogo, pero hasta ahora nadie respondió", trascendió a la prensa cairota. (Reuters-DPA)