Todavía no hay certezas acerca de cuáles fueron los motivos o quiénes son los responsables de los desmanes que se cometieron el sábado pasado en el centro de la ciudad. El gobernador, José Alperovich, se refirió ayer a estos sucesos, aunque no ofreció una respuesta que ilumine la penumbra que cubre los hechos delictivos cometidos ese día.
Al ser consultado sobre la hipótesis que baraja el Poder Ejecutivo (PE), remarcó: "no sé. No manejamos hipótesis". Cuando se le preguntó si en el PE piensan que estos hechos podrían ser atribuidos a algún sector, optó por no responder.
El sábado, durante más de tres horas, miles de tucumanos caminaron atemorizados por los supuestos saqueos que se cometían en la capital y sus alrededores. Todo había comenzado cerca de las 18: según la Policía, el primer hecho delictivo -un presunto arrebato- ocurrió en la zona de El Bajo. "Luego se desató una psicosis generalizada", dijeron desde la fuerza.
Pero, en esa psicosis generaliza, murió Ramón Rosario Acosta (40 años) cuando circulaba por el cruce de Amadeo Jacques y autopista de Circunvalación y fue aplastado por un camión. El chofer del vehículo lo chocó por esquivar a un grupo de supuestos saqueadores. Hubo varios aprehendidos, pero todos quedaron libres porque la Justicia determinó que no tenían vínculo con los hechos. Según autoridades judiciales y policiales, no se inició una investigación de fondo porque no hay denuncias.
Por otra parte, Alperovich viajó ayer a Buenos Aires para reunirse con José López, secretario de Obras Públicas de la Nación y definir si la provincia recibirá unos $ 500 millones para obras de mejoramiento urbano. En la Casa de Gobierno no precisaron si el gobernador volvería anoche a última hora u hoy al mediodía.