La gestión de José Domato cuenta con la particularidad de haber transcurrido en medio de dos Gobiernos nacionales de distinto signo: entre 1987 y 1989, la Casa Rosada estaba ocupada por el radical Raúl Alfonsín; entre 1989 y 1991, administraba el país el peronista Carlos Menem.
Cuando LA GACETA le pregunta con cuál se llevó mejor, Domato deja pasar unos segundos, y finalmente admite: "con Alfonsín; él era una gran figura, que sabía tolerar las opiniones ajenas". No es para menos, Menem firmó el decreto mediante el cual intervino la provincia.
Desde el primer minuto de la intervención, Domato afirmó que se trataba de una injusticia. El ex gobernador contó que a poco de comenzar la zafra de 1990, ante la inminencia de cierre del ingenio Leales, con su gabinete decidieron gestionar, por medio de la Caja Popular de Ahorros, un "préstamo indirecto". "Era un caso delicado; iban a quedar en la calle 1.000 familias. La Caja pidió el crédito al Banco Provincia y este se lo concedió. Se trataba de un crédito puente; pero alguien creyó que eso era una irregularidad que no podía tolerarse, que se había incurrido en malversación de caudales públicos. Y sin decir agua va, cayó la intervención", contó. Domato fue detenido en el aeropuerto el 5 de febrero de 1991, cuando regresaba de Buenos Aires. A la intervención federal que sufrió se le había sumado una demanda en su contra, por la supuesta comisión de irregularidades en el otorgamiento del crédito -por U$S 1,5 millón- a los entonces propietarios del ingenio Leales, Jorge y Máximo de Prat Gay. El 27 de marzo de 2000, casi una década después de haber sido denunciado, la sala VI de la Cámara Penal declaró inocente al ex gobernador.