"Decile a Susana Trimarco que se deje de joder, que no se meta con Racedo; si no la vamos a matar", dijo un hombre por teléfono a una persona que se encontraba en la casa de la madre de Marita Verón. Ese fue el primero de los tres llamados amenazantes que el sábado al mediodía recibió la presidenta de la fundación "María de los Ángeles".
Las amenazas, según especulan en el ministerio de Seguridad y en la propia Policía, estarían relacionadas con la interna policial y los continuos rumores de desplazamientos. Jorge Racedo, el jefe de la fuerza y mencionado en las amenazas, fue inmediatamente a la casa de Trimarco y se desvinculó de los llamados.
El abogado Carlos Garmendia, representante de la madre de Marita, comentó que al momento en que se realizó el primer llamado, Trimarco se encontraba en el cementerio de Simoca. La persona que recibió la amenaza se comunicó inmediatamente con la mujer, quien emprendió el regreso a esta ciudad.
En el camino, Trimarco recibió un llamado a su teléfono celular, y repitieron la amenaza. La mujer se llamó al ministro de Seguridad, Jorge Gassenbauer, y a los pocos minutos se comunicó con ella el gobernador José Alperovich.
Mientras tanto, el teléfono de la casa de la madre de Marita volvió a sonar. Esta vez les dijeron que la habían secuestrado. La denuncia se realizó en la división Trata de Personas de la Policía, a cargo de Julio Fernández, y en la Justicia Federal.
Ayer a la mañana, Trimarco estuvo durante dos horas declarando ante el fiscal Federal General, Antonio Gómez, ratificando lo denunciado. Los especialistas realizarán un rastreo para tratar de precisar de dónde procedieron los llamados amenazantes.
Una pelea interna
"Esto forma parte de una pelea entre sectores corruptos de la fuerza, que no quieren que se profundice el trabajo que está realizando Racedo contra la trata de personas", afirmó Garmendia.
"Alguien quiere enfrentarme con Trimarco porque estamos trabajando en forma conjunta para cumplir con la ley de 'Prostíbulo Cero' que existe en la provincia", dijo por su parte el jefe de Policía.
En las últimas semanas se realizaron allanamientos en prostíbulos de la capital. Además, Racedo separó de su cargo a dos comisarios que están acusados de cobrar dinero a dos mujeres para permitirles ejercer la prostitución en un departamento privado.