Cuando números de seis cifras aparecen en escena, cualquier denuncia sobre bienes del Estado toma ribetes escandalosos. Precisamente, es lo que ocurre con el caso de los empleados del Municipio de Tafí Viejo que habrían robado combustible de los vehículos oficiales. A medida que transcurren los días, se conocen detalles de la investigación que dio a conocer LA GACETA. y que se originó a raíz de que se comprobara el sabotaje a los equipos de monitoreo instalados en las unidades del parque automotor para controlar sus recorridos y gastos de insumos.
Según datos de la secretaría de Hacienda de esa administración, la cantidad de líquido hurtado equivaldría a nada menos que $ 400.000 anuales. Para esa municipalidad, la suma representa, por ejemplo, la inversión que necesitaría para comprar dos camionetas nuevas o para afrontar el pago del 10% de un mes de la planilla salarial (compuesta por unos 750 empleados).
Las autoridades de esa oficina contable explicaron también que a esa cifra la dedujeron a partir de la drástica baja en los porcentajes de gastos de gasoil y nafta desde que se instalaron GPS y sensores en las tapas de los tanques de los 48 vehículos municipales. Precisaron que, por mes, el robo había costado entre $ 35.000 y $ 40.000. Es significativo si se tiene en cuenta que la gestión de Javier Pucharras gasta mensualmente alrededor de $ 200.000 por ese concepto.
Por esta situación, cuatro empleados de la Dirección de Obras Públicas fueron separados de sus funciones a principios de mes y destinados a otras áreas, para evitar que interfieran en la investigación interna (ya se iniciaron los sumarios administrativos correspondientes). Una vez concluida la feria judicial, adelantó Pucharras, harán las denuncias penales correspondientes. "Aquí hubo robos y sabotaje. Comenzamos a sospechar porque los indicadores nos marcaban que había un exceso de consumo y, con los controles, disminuyó desde el primer mes", argumentó.
La sustracción habría sido de gasoil, principalmente, porque en la mayoría de los casos las maniobras se efectuaban en camiones y en maquinaria pesada.
Pucharras explicó que fue difícil determinar las cifras, ya que el consumo habitual se había incrementado en los últimos tiempos porque se adquirieron nuevas unidades para atender consultas en el barrio Lomas de Tafí.
La maniobra
El exceso de consumo fue una de las luces de advertencia. La otra fue encendida por los taficeños. Mediante decenas de llamados, vecinos denunciaron situaciones irregulares con el uso de las unidades oficiales.
Por esa razón, hace un año, la Municipalidad contrató a empresa Nalecc Sat (por $ 7.800 mensuales) para que instalara los GPS y los dispositivos que registraban cada vez que se abrían las tapas de los tanques.
A principios de mes, un informe técnico de la firma observó alteraciones intencionales en el funcionamiento de los equipos de seis unidades. Sólo se separó a cuatro de los empleados a cargo de los vehículos, porque los otros habían denunciado anomalías antes de que se conociera el relevamiento, dijeron las fuentes.
Uno de los casos más llamativos fue el de uno de los camiones, cuya conexión de la antena del GPS fue "cortada con un alicate", según consigna el documento de la inspección. En otra de las unidades se tuvo que reemplazar el equipo completo porque estaba desprogramado. Además, en este rodado estaba cortado el cable del dispositivo del depósito de combustible. En el resto de las oportunidades, se había desconectado la batería.
No es la primera vez que este tipo de informes complica a municipales taficeños. En enero de 2012, se habían colocado los sensores en los tanques. Al mes, los primeros informes dieron cuenta de una merma considerable en el consumo, y seis choferes fueron reubicados.