Desde que inició 2013, los anuncios forman parte del discurso oficial, nada más y nada menos que en un año electoral.
Con apenas un mes de diferencia, los vecinos de Tafí Viejo fueron espectadores del anuncio de la reactivación de los talleres ferroviarios, pero también de la noticia del traslado a Salta de la locomotora "Apolo", traída en la previa a las elecciones legislativas de 2009 para unir la capital con la "Ciudad del limón".
El 18 de junio de 2009, los taficeños presenciaron el acto por el viaje inaugural del ramal que uniría San Miguel de Tucumán y Tafí Viejo, coronado con una teleconferencia de la Presidenta Cristina Fernández. Sin embargo, "Apolo" apenas realizó dos viajes: el inaugural, con toda la pompa de un acto político y con funcionarios a bordo; y otro a un galpón, en el que permaneció inmóvil desde entonces.
El lunes, el intendente taficeño, Javier Pucharras, admitió a LA GACETA que se requieren dos pasos fundamentales para el funcionamiento de la dupla, y que no se pudieron concretar a lo largo de estos tres años. "Uno es la reparación de las vías, lo que demanda una erogación importante de recursos; y el otro, más importante, sacar los barrios instalados a la vera de las vías. Son casi 300 familias".
El jefe municipal explicó que todo el proceso demoraría al menos dos años, por lo que mantener a "Apolo" sin funcionar en esta provincia sería un despropósito. A su vez, confirmó que se acondicionaría la dupla para su traslado a Salta (posiblemente mañana) en donde reforzará el recorrido entre la capital salteña y la ciudad de Güemes. "Hoy no existen posibilidades ciertas de que esa dupla funcione", había expresado Pucharras.
El gobernador, José Alperovich, ratificó ayer el adelanto de este diario y dejó en claro que "Apolo" se irá. "Yo creo que sí. Hay muchas viviendas sobre las vías y la inversión es muy fuerte", se sinceró con el propósito de justificar la partida de la dupla.
Tras la difusión de la noticia en Tafí Viejo, vecinos y empleados de los talleres se mostraron desencantados. Un trabajador del predio ferroviario, que pidió reserva de su nombre, aportó otro dato. Sostuvo que la formación traída de España está adaptada para rodar en andenes altos. "No tenemos en ninguna parte. En cada parada del coche iban a tener que poner una escalera para que suba la gente, y eso no se podía hacer", añadió el ferroviario.
Además, indicó que no bastaría para brindar un número de frecuencias diarias suficiente. "Para que funcione, un servicio tiene que tener, como mínimo, seis formaciones que hagan tres viajes por la mañana y tres por la tarde, en horas pico", ejemplificó.
Al enterarse del traslado, otros vecinos dijeron estar acostumbrados a las promesas incumplidas. "Llevamos promesa tras promesa escuchada, y no pasa nada", expresó Nilda Rodríguez, decepcionada. "La verdad que para nosotros sería hermoso. El recorrido entre Tafí Viejo y San Miguel de Tucumán sería indispensable por toda la gente que estudia y que trabaja en la capital, porque el precio del colectivo es elevadísimo", afirmó.
Rodríguez, hija de un viejo trabajador ferroviario, agregó que se requiere de un alto presupuesto para viajar a la capital, y citó el caso de su hijo: el joven debe hacer más de 20 viajes a la semana por su trabajo.
En la misma línea, Cecilia Martín (21) aseguró que la carencia del tren de pasajeros es una "condena". "Estudiaba Licenciatura en Economía, pero tuve que dejar porque no me alcanzaba. Ahora estudio en un terciario. Viajar es carísimo, el (ómnibus) 131 me sale $ 3,30, y $ 4,10 el que pasa por San José", manifestó. "Así, se nos reducen las posibilidades a un montón de vecinos", lamentó la estudiante.
Similar es la desconfianza que siente José Alberto Pimentel, quien apeló a una ironía: "ojalá que de todo lo que se dice, se haga el 50%; sobre todo por los chicos de acá". José Ricardo Grimaldi se sumó a los comentarios y repudió "que se trate de otra promesa que no se cumple" y "que usan solamente para elecciones". Idéntica es la queja de Lucio Armando Moreno, que desde su casa a la vera de las vías y en compañía de su mujer, expresó sin titubeos que, sin el tren, "Tafí Viejo no tiene vida".