"Lo primero que hice después de dejar mis funciones como obispo de Lourdes fue venir aquí, a San Pedro de Colalao, a ver la obra de la que tanto me habían hablado", reconoció monseñor Jacques Perrier, obispo emérito de Tarbes y Lourdes, Francia. "Siempre quise venir a Tucumán para conocer 'El Mensaje de Lourdes'. ¡Tanto me había hablado el padre Horacio Brito (actual director del santuario en Lourdes), que es originario de estas tierras...", dijo en francés el sacerdote que dejó la diócesis para retirarse después de cumplir los 75 años.
Perrier es un gran difusor de Lourdes. "El mensaje de la Virgen se ha expandido tanto por el mundo que ya no pertenece a Lourdes, sino a toda la humanidad. En cualquier sitio se puede celebrar su fiesta", señaló en compañía del padre Ignacio Racedo Aragón, superior lourdista de Tucumán.
"Si tuviera que resumir el mensaje de Lourdes, lo primero que diría es que la originalidad radica en cómo se presenta la Virgen ante Bernardita: 'Yo soy la Inmaculada Concepción'. De esta manera la Virgen nos hace a todos un llamado a la santidad", explica.
En el santuario de Lourdes, monseñor Perrier le dio la bienvenida a dos papas, a Juan Pablo II y a Benedicto XVI. También tuvo a su cargo la organización de los 150 años de las apariciones de la Virgen en Lourdes. "Fueron nueve millones de personas, cuando cada año lo hacen cinco o seis millones", cuenta. La convocatoria al santuario sorprende cada vez más a monseñor Perrier: "no sólo lo visitan muchos enfermos, sino también jóvenes de 15 y 18 años. Hoy hay grutas de la Virgen en todo el mundo", destacó con alegría.