BUENOS AIRES.- Tigre y Boca igualaron hoy sin goles en Victoria al cabo de 90 minutos muy mal jugados, sin ideas ni coherencia en los movimientos y con el resultado final como una consecuencia lógica de la pobreza que uno y otro exhibieron.
Como expresión individual, apenas puede rescatarse la habilidad y decisión de Rubén Botta, que no alcanzó para darle suficiente peso ofensivo a un Tigre que no terminó de armarse en ningún momento del partido.
Boca, con las varias modificaciones introducidas en su formación, insinuó una mayor firmeza defensiva y de hecho logró sostener el cero en su arco. Pero el armado ofensivo es una deuda a la que no le encuentra solución. Dentro de un desarrollo muy friccionado y sumamente impreciso, Boca comenzó con un aparente dominio territorial, pero sin auténtico control del juego, ni vías de llegada.
Si el primer tiempo había sido menos que discreto, el segundo fue de muy bajo nivel. Los jugadores se perdieron en rencillas e infracciones y las buenas intenciones de Botta no encontraron eco en ningún otro protagonista.
Boca generó sú unica acción de relativo riesgo en el minuto 22 cuando Viatri remató a la carrera por encima del travesaño después de un pase de Juan Manuel Martínez.
A los 24 Botta bajó muy bien en el área un envío cruzado por Pérez García, pero su zurdazo salió débil y Orion controló sin problemas.
A los 32, Lucas Janson dejó en el camino a Claduio Pérez y estaba para definir, pero eligió ceder a Ezequiel Maggiolo, quien se hallaba adelantado.
En los últimos minutos se reclamó un penal de Pérez a Janson y otro de Lucas Orban a Lautaro Acosta, pero en ninguno de los dos casos se percibió una infracción. Y el partido terminó sin dejar nada de positivo. (DyN)