WASHINGTON.- Estados Unidos mantuvo a Cuba y a Siria en la lista de "países patrocinadores del terrorismo" que elabora cada año su Departamento de Estado, junto con Irán y con Sudán. Integrar esa nómina les impide a esas naciones acceder a financiación de organismos como el Banco Mundial y una prohibición de exportación y venta de armas, entre otras consecuencias.
El anuncio golpeó en La Habana, que se quejó oficialmente y aseveró que la acusación era "injusta y arbitraria", y tenía como objetivo justificar el embargo económico de más de medio siglo que le impone Washington a la isla. La fundamentación norteamericana en este caso es que en suelo cubano hay miembros de la banda vasca ETA y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), aunque no se les dan armas ni entrenamiento.
El Gobierno de Raúl Castro impulsó profundos cambios políticos y sociales, que derivaron en la fuerte flexibilización en la salida del país (ya no se exigen permisos especiales y los opositores pueden viajar al extranjero) y una incipiente economía de mercado.
Crisis armada
En el tema sirio, la situación es mucho más compleja por la guerra civil que se vive desde hace más de dos años y que causó unos 100.000 muertos. EEUU insiste en su idea de convocar a una muy complicada conferencia de paz en forma conjunta con Rusia, pero las visiones de ambos Gobiernos sobre la situación son radicalmente distintas.
Tanto Barack Obama como su par francés, François Hollande (ver Opinión), apuestan a una solución política que contemple la salida del poder del presidente, Bashar Al Assad, como uno de sus puntos casi innegociables.
Moscú, en cambio, mantiene su respaldo al mandatario sirio y lo expresó en ayuda militar concreta: ayer se conoció la venta de una decena de aviones de combate MiG-29MM2, que se sumarán a los misiles antiaéreos S-300 (considerados por Rusia como "factor de contención" ante una eventual intervención militar exterior en el país árabe). Esta decisión fue criticada por Alemania.
La Unión Europea prorrogó ayer oficialmente y por un año más su régimen de sanciones diplomáticas, financieras y comerciales al régimen de Siria, pero permitirá a los bancos comunitarios que se abran cuentas para canalizar fondos destinados a la oposición, beneficiada en esta semana con el levantamiento del embargo en la venta de armas.
En tanto, la oposición política en el exilio enrolada en la Coalición Nacional Siria, dominada por islamistas y presionada para incluir a más sectores laicos, no puede elegir una nueva conducción por los graves choques internos. Ante esa crisis, ya anunció que no concurrirá a la cumbre internacional de paz. (DPA-Télam)