Alvaro Matías Gómez llevaba un año y medio trabajando como agente de la Policía, cuando habría entregado su arma a un joven para que robara a un comerciante. Los investigadores creen que no era la primera vez que actuaba de esa manera y el policía será juzgado por el asalto, acusado por haber instigado el mismo y por haber violado los deberes de funcionario público.

El 14 de marzo a las 13, Florencio Soria se encontraba atendiendo su drugstore ubicado en avenida Gobernador del Campo al 900, en el barrio Obispo Piedrabuena, cuando un hombre ingresó con un arma de fuego y le robó la billetera. El asaltante escapó a pie, y el comerciante alertó de la situación a un policía que estaba parado en la esquina.

El uniformado salió, supuestamente, a la caza del ladrón. Pero un repartidor de pizzas vio cuando el asaltante tiró el arma, y el policía la levantó. El empleado de la pizzería estaba en una moto, y se ofreció a llevarlo. Gómez le contestó "ya lo voy a agarrar después", tras lo que se subió a un colectivo de la línea 17 y se fue.

Soria, por su parte, persiguió al ladrón y lo alcanzó en Rafael Obligado y Gobernador del Campo, cuando el muchacho estaba por subir a un taxi. Cuando declaró ante el fiscal de Instrucción Diego López Ávila, el asaltante (Miguel Emilio Ciolfo) reconoció haber sido el autor del robo, pero adujo que lo hizo bajo la amenaza de Gómez, quien lo había sorprendido en el parque 9 de Julio fumando un cigarrillo de marihuana, minutos antes del atraco.

Para no detenerlo, el policía le exigió que asaltara el drugstore, y le entregó su arma reglamentaria. "Andá a robar que yo te espero en la esquina", le ordenó. Ciolfo manifestó que era la primera vez que lo detenían, y aportó el nombre del agente.

Reconocido

Gómez fue detenido al día siguiente. El repartidor de pizzas, durante una rueda de reconocimiento, no dudó. "Es él", señaló, apenas lo vio, comentaron fuentes tribunalicias.

Por su parte, la víctima del asalto comentó en la fiscalía, según afirmaron las fuentes consultadas, que un familiar del policía lo visitó para recriminarle por la acusación. Soria les habría aclarado que la persona que mencionó a Gómez fue el asaltante, y que él no lo conocía.

El fiscal también acusó a Ciolfo por el robo, ya que si bien el policía lo había amenazado con detenerlo si no realizaba el asalto, el joven tuvo la oportunidad de desistir del hecho. "No caben dudas que él pudo no hacerlo, sin embargo conociendo la desaprobación jurídica de su conducta, se determinó hacia su conclusión", consideró López Ávila en el requerimiento de elevación a juicio.

Gómez trabajaba en la Patrulla Urbana, y había ingresado a la Policía el 16 de junio de 2011. Lo detuvieron en su casa, ya que desde que se había producido el asalto dejó de asistir a su lugar de trabajo.