Ojos endulzados, empalagados de pantalla y de colores. Manos dubitativas que se apuran cuando encuentran la salida justa. Cabezas que echan humo por las orejas de tanto pensar en el juego, y otras que levantan temperatura al ver a un interlocutor sumergido en el móvil y ausente de la conversación.
Hasta en la sopa. Así están las cosas por estos días con el juego más adictivo de los últimos tiempos, el Candy Crush Saga. No es ninguna genialidad ni tampoco un invento de la inglesa King, la desarrolladora del juego: consiste en agrupar tres o más fichas en una línea vertical u horizontal para hacerlas desaparecer. A medida que se avanzan en los niveles, el juego establece misiones que se deben cumplir: cantidad de puntos, tiempo, combinaciones especiales, etcétera.
Este tipo de juegos, que se inscriben en la categoría puzzle, encuentra sus inicios en el popular Bejeweled, cuyas fichas eran piedras preciosas. El Candy Crush, en cambio, tiene como temática un mundo de dulces en el que las fichas son caramelos, chocolates, gelatinas y merengue.
Entonces, si es tan conocido, ¿qué es lo que volvió al Candy Crush Saga tan adictivo? "Por un lado tenemos la simpleza del juego, cualquiera puede jugarlo, y es por eso que se engancha la gente grande además de los chicos. Pero el hallazgo fue agregarle el condimento social, la vinculación con Facebook", explica Carlos Aráoz, de Estudio Kroma, una empresa tucumana que desarrolla aplicaciones web y móviles.
Candy Crush es gratuito para la descarga y para jugar, pero tiene una especie de trampa: al llegar a determinados niveles, requiere sí o sí que el usuario se conecte mediante Facebook para que sus amigos le otorguen un "pase" (graficado como un ticket aéreo) para llegar al episodio siguiente. Además, los jugadores disponen de cinco vidas a modo predeterminado y, cuando estas se agotan, deben solicitar vidas o movimientos extra a sus amigos de Facebook.
El negocio fue redondo. Tanto, que a los seis meses de haber sido lanzado (en noviembre de 2012), Candy Crush destronó al que hasta ese entonces parecía invencible: el Angry Birds.
Actualmente, el empalagoso juego cuenta con 15 millones de jugadores diarios en Facebook y la empresa que lo creó ya está pensando en hacerlo cotizar en bolsa.
Endulzadísimos
"Estaba harto de que una amiga me mandara solicitudes de Candy Crush todo el tiempo por Facebook. Me pedía ayuda, vidas, etcétera. Le dije que por favor deje de hacerlo y ella insistió para que pruebe el juego. Lo hice, me enganché y ya no pude parar". Benjamín Armanini tiene 27 años y, como tantos otros "adictos" al Candy Crush, su primer vínculo fue de rechazo. Ahora está en el nivel 198 y contando. Entre sus lugares favoritos para jugar, este tucumano elige el baño y los lugares de su casa en general, cuando tiene tiempo libre.
Pero eso no es nada. Noelia Paz (25) deja a Benjamín como un bebé de pecho: ella está en el nivel ¡401! y ya ha llegado varias veces al final del juego. "Cuando llegás al último nivel te aparece un mensaje que te dice que tenés que esperar una semana para seguir jugando. Cuando pasa ese tiempo, se habilitan nuevos niveles", contó esta tucumana, estudiante de Recursos Humanos.
"Esa es otra de las claves de su éxito -explica el desarrollador Carlos Aráoz-: el juego se presenta como interminable y a medida que los usuarios llegan al final, los creadores lo amplían".
Noelia admite que ya "bajó un cambio". En sus momentos de mayor adicción se pasaba hasta tres horas frente a la pantalla de la PC, obsesionada con pasar de nivel. Ahora lo toma con más calma y juega mientras ve la tele, por ejemplo.
El más popular
En estos días, Candy Crush Saga se encuentra en el tope de descargas en AppStore de Apple, en el Play Store de Android y es el juego más popular de Facebook. Otra de las razones de su éxito es que King lo adaptó para las diferentes plataformas disponibles: se puede jugar en la PC, en el smartphone y en las tablets. Por eso, en la cola para pagar los impuestos, en el colectivo, o los baños públicos se escuchan los característicos sonidos y destellos que atrapan y engolosinan a los usuarios en este dulce vicio electrónico.
Lugares más frecuentes para jugar
EN EL BAR
Dulce recreo
Me tomo cinco minutos, me juego un nivel. La pausa de café es una de las elegidas para jugar.
EN LA COLA
Espera "tecno"
Con frecuencia se ven jugadores que aprovechan el tiempo muerto en las filas para pagar o hacer trámites.
EN EL BAÑO
¡Apuraaaateeee!
Aunque muchos jugadores se sonrojen, admiten que un lugar óptimo para jugar un nivel es el baño.
EN LA CAMA
Soñando con el candy
Antes de ir a dormir, algunos jugadores aprovechan el descanso para jugar. El riesgo: el tiempo se pasa volando.
EL BOCA EN BOCA
- "Su" Giménez y su adicción al Candy Crush.- Susana Giménez es una adicta confesa a los juegos de cartas y, según dijo hace poco en su programa, se enganchó con el Candy Crush. Algunos medios publicaron una historia difícil de comprobar: cuentan que hace unos días, la diva de los teléfonos tuvo que llamar a su técnico de confianza a las 3.30 de la madrugada porque se le había "tildado" la compu mientras jugaba.
- La enorme mayoría de los jugadores son mujeres.- Según los datos oficiales de King, el desarrollador del juego, el 69% de los jugadores son mujeres, el 30% hombres y el 1% indeterminado. ¿Qué es lo que lo hará más atractivo para ellas que para ellos?
- En Youtube, un falso trailer desató la fiebre.- A mediados de este mes apareció en YouTube un trailer de una supuesta película de Candy Crush. Los fans enloquecieron: en menos de una semana, el video recolectó 4.722.065 reproducciones en todo el mundo. Sin embargo, hasta el momento ninguna voz oficial salió a decir que efectivamente habrá una película del juego, como sí la habrá de Angry Birds. De todos modos, en YouTube sí se pueden encontrar videos con trucos para avanzar en el juego.
- Una dulce guillotina que avanza sin piedad.- Candy Crush Saga, de la mano de la firma King, desbarrancó a Zynga, empresa creadora de juegos como Farmville, que tanto éxito tuvieron en Facebook. El concepto en cuento al "boca en boca" es el mismo en ambos casos: interminables e invasivas publicidades en Facebook empujan a los usuarios a probar aquello de lo que todo el mundo está hablando. A Zynga no le está yendo demasiado bien por estos días: desde que salió a la bolsa, en 2011, sus acciones han caído un 70%.