"La plaga del narcotráfico, que favorece la violencia y siembra dolor y muerte, requiere un acto de valor de toda la sociedad". Lo dijo el Papa Francisco durante su visita ayer al hospital San Francisco de Asís de la Providencia, donde se trata a jóvenes en recuperación de las drogas. También fustigó a los "mercaderes de la muerte que siguen la lógica del poder y el dinero a toda costa".
Después de escuchar atentamente a los jóvenes adictos que hablaron sobre sus historias personales, el Papa se manifestó contrario a la liberalización legal del consumo de drogas. "No es la liberalización del consumo de drogas, como se está discutiendo en varias partes de América Latina, lo que podrá reducir la propagación y la influencia de la dependencia química", afirmó el pontífice, que hasta el domingo presidirá la Jornada Mundial de la Juventud.
"Francisco manifestó que es necesario mirar a los demás con los ojos de amor de Cristo y aprender a abrazar a aquellos que están en necesidad, para expresar cercanía, afecto, amor", remarca la agencia EFE.
"Pero abrazar no es suficiente, tendamos la mano a quien se encuentra en dificultad, al que ha caído en el abismo de la dependencia, tal vez sin saber cómo, y decirle: 'puedes levantarte, puedes remontar; te costará, pero puedes conseguirlo si de verdad lo quieres', dijo el Papa, consigna la misma agencia de noticas.
Para los jóvenes drogadependientes el Papa tuvo palabras especiales: "Quisiera repetirles a todos ustedes: no se dejen robar la esperanza. Pero también quiero decir: no robemos la esperanza, más aún, hagámonos todos portadores de esperanza".
Francisco exhortó a mirar con confianza el futuro. "La travesía es larga y fatigosa, pero miren adelante, hay un futuro cierto, que se sitúa en una perspectiva diversa de las propuestas ilusorias de los ídolos del mundo, pero que da un impulso y una fuerza nueva para vivir cada día".
En Aparecida
Seguido por 200.000 personas que desafiaron la lluvia y el frío, el Papa ofició una misa en el santuario de Aparecida. Fue acogido con cánticos, vivas y aplausos por los fieles, algunos de los cuales esperaban desde hacia más de dos días para saludarlo. "Tengan siempre en el corazón esta certeza: Dios camina a su lado, en ningún momento los abandona. Nunca perdamos la esperanza. Jamás la apaguemos en nuestro corazón", afirmó.
En su homilía, el Santo Padre remarcó que los jóvenes sienten la sugestión de ídolos "que se ponen en el lugar de Dios y parecen dar esperanza, como son: el dinero, el éxito, el poder, el placer". Sin embargo, los jóvenes son "un motor poderoso para la Iglesia y para la sociedad. Ellos no sólo necesitan cosas, necesitan sobre todo que se les propongan esos valores inmateriales", aseguró el Papa.
También hizo un llamado a los hombres sobre la actitud de "vivir con alegría". "Un cristiano está siempre alegre, nunca triste y no puede ser pesimista, no puede tener el aspecto de quien parece estar de luto perpetuo", remarcó.