Estimado San Cayetano:
Menudo problema se te plantea cada 7 de agosto. Si accedieras a la súplica de los cientos de miles de fieles que te piden trabajo la desocupación se esfumaría como por arte de magia. O mejor dicho, de intervención divina. No debe ser sencillo ese ejercicio de silenciosa y abnegada escucha, de tenderle la mano al necesitado cuando la macroeconomía juega en contra.
No obstante, para tu secreta y humilde satisfacción, vale apuntar que los tucumanos no olvidan. Son cumplidores. Por eso, muchísimos de los que visitaron ayer el templo fueron a agradecerte. Por el trabajo, por la salud, por el pan que no falta. Alejandro Díaz te saluda desde hace 15 años. Él quedó cesante en Aerolíneas Argentinas cuando el menemismo pasaba el rastrillo ("y no había currículum que valiera"). Era comisario de a bordo ("y el avión nunca se cayó"). Hoy trabaja en el Instituto de Previsión Social. Te tiene mucha fe, y te da gracias. Lino Ortiz es empleado de una escuela de El Cadillal. Te llevó flores y las monedas que junta durante todo el año. La hija de Beatriz Monserrat, Analía, nació con un problemita en una pierna. Beatriz hizo una promesa, la nena sanó, y ayer estaban juntitas y sonrientes. Orlando Gámez trabaja en El Sportsman y, como todos los años, pasó a saludarte. Lo mismo que Teófilo Pérez ("soy jubilado de la Policía... De la Policía de antes, ¿se entiende?). Teófilo anhela que no falte el trabajo para sus hijos.
Claro que hay otros casos que merecen especial atención. Esos que te obligan a ocupar horas extras. Irma de Ávila lucía conmovida, imposibilitada de contener las lágrimas. Su cuñada -Nilda Gil, hermana de su marido- está muy grave porque hace nueve días sufrió un ACV.
Mientras doña Irma hacía la fila, transitando rumbo a tu encuentro, por el centro de la nave avanzaba Marta Lazo Suárez. Iba de rodillas, surcando lentamente los mosaicos marrones con vetas blancas. Es la misma que el año pasado afrontó descalza la procesión. Ella afirma que todo lo pide para los demás, para su familia o para los vecinos. Heredó la devoción de su abuelita y sabe cuál es la clave para que respondas: "hay que ser un buen cristiano".
Buena cristiana se siente María Antonia Díaz de Ramos. En 2001 su marido -Carlos Vicente Ramos- estaba al borde de la muerte a causa de una intoxicación con plomo. Carlos era empleado de la imprenta de la UNT. Lo bendijeron en el templo y de a poco fue mejorando. María Antonia te agradece infinitamente, por esa intercesión y por los 45 años de matrimonio que lleva. Y revela un pequeño milagro doméstico. Dice que mientras veía por TV la primera misa que dio el Papa en Brasil apareció una pequeña imagen de Francisco en la vela que había encendido.
¡Qué fenómeno el de Francisco! Su imagen se multiplicó por el barrio, por los afiches que adornaban el templo, por la multitud de artículos de merchandising ofrecidos a diestra y siniestra. Si algo caracterizó esta fiesta -y ya son 80 años en la zona sur de nuestra capital- fue el protagonismo del Papa argentino. Y como emblema quedaron los cuadritos en los que compartís el primer plano con él.
El entusiasmo y la dedicación que se notó en el colegio debe ser motivo de orgullo para vos. Los chicos con sus uniformes, listos para marchar. Los padres con pecheras amarillas. "Nos venimos reuniendo desde mayo para organizar esto", ilustró el párroco, Isidro Zilli. Él quedó muy conforme con la marcha por la vida que se realizó el viernes, en la que se engancharon otros colegios, como el Guillermina y el Kennedy.
Este año el lema fue "Caminar con fe junto a San Cayetano por el trabajo y la vida digna". Zilli te define como el amigo de todos y afirma que brindás a los fieles un espacio para confraternizar. "Es un punto de encuentro en una época de agresiones, falta de respeto e intolerancia", especifica.
Será esa una de las razones de tu vigencia. De las multitudes agolpadas en las 72 parroquias que en el país llevan tu nombre y albergan tus imágenes. Hasta encontraste otra casa en Tucumán, allá por avenida Independencia al 4.000.
Hacía calor a la siesta, casi como en verano. El rezo del Rosario empezó a las 15.30, puntual, preámbulo de la misa y de la procesión. Tu imagen estaba lista, primorosamente decorada. Contó doña Margarita Moreno que ocuparon toda la mañana para ornamentarla. Usaron claveles, crisantemos, margaritas, helechos y hojas de gomero pintadas de dorado. Las enhebraron con tanzas y alambres, y no se olvidaron de colocar espigas.
Como siempre, sobraron los hombros dispuestos a llevarte por las calles del barrio. Juan Sarmiento, por ejemplo, lo hace en señal de agradecimiento. Roberto Barrera es portador desde hace 19 años. ¿Sabés? Anda sin trabajo, se especializa en la venta de repuestos para el automotor...
Quienes trabajaron sin parar durante toda la jornada fueron los puesteros. Ellos sí que tienen motivos para agradecerte, por más que en cierto punto las inmediaciones del templo se conviertan en una feria que de religioso tiene muy poco.
Era un espectáculo ver a Fray Manuel Lazarte bendiciendo estampitas, imágenes, cruces y todo lo que le pusieran delante. Mientras bendecía atendía a los clientes bajo un gazebo azul. Sin darse cuenta, en un momento hacía la señal de la cruz con la mano derecha y apretaba un bollo de billetes de 100 pesos con la izquierda.
Entre tanto choripán (algunos tentadores, a $12), bijouterie con estampa africana y Bart Simpsons con la camiseta de Atlético se instalaron un par de ruletas de kermés. ¡Con bocaditos Holanda y todo (tres por $2 y ocho por $5)! Cuántos recuerdos de épocas pasadas, al amparo de tu figura o la de tu colega San Roque.
Es que el sincretismo está tan instalado desde hace tiempo que en los mesones convivieron tu representación, la de María, la de San Jorge y la de San Pantaleón con la del Gauchito Gil. Y en el puesto de Brígido Terán y Pedro Miguel Aráoz ya se conseguía a San La Muerte.
Son las historias de cada 7 de agosto, estimado santo de los necesitados. De los que piden y agradecen. De los ricos y los pobres que se entremezclan si de visitarte y de hablarte al oído se trata. Pero sabemos que tu ventanilla está abierta todo el año.
El Papa le envió un mensaje al padre Gandur
El Papa Francisco ofreció una nueva muestra de cercanía con los sacerdotes y le envió un mensaje consolador al presbítero Jorge Antonio Gandur (foto) de la arquidiócesis de Tucumán, que está atravesando una delicada enfermedad.
"Estoy cerca, rezo por el padre Jorge Gandur y le envío mi bendición. Con fraternal afecto. Francisco", les hizo saber el Santo Padre a los allegados del sacerdote tucumano en un breve mensaje que envió ayer por correo electrónico.
El presbítero Gandur, oriundo de San Miguel de Tucumán, pertenece a la arquidiócesis local y recibió el mensaje del Santo Padre con profunda alegría y emoción, contaron sus allegados. Actualmente se encuentra internado en el hospital Austral, de la localidad bonaerense de Pilar.
Gandur nació el 26 de agosto de 1953, es doctor en Teología Dogmática, vicario episcopal para los asuntos económicos de la arquidiócesis de Tucumán, párroco de Nuestra Señora de la Caridad (en Yerba Buena) y director del semanario Cristo Hoy. Entre los cargos que desempeñó también fue rector del seminario arquidiocesano de Tucumán.