Desde el año 2002 a esta parte, el escritor y coordinador Julio Carabelli, junto a Myriam Leal, aglutinan en el Centro Cultural Eugenio Flavio Virla a diversos poetas y escritores de la región, quienes durante amables veladas fueron compartiendo sus escritos y armando un cálido grupo de amigos. El resultado de ese heterogéneo colectivo, humano e intelectual, es el Café Literario de Letrarte. Allí convidan mutuamente sus producciones y sus gustos los polícromos vates de nuestro agitado y fértil Noroeste.
El Café Literario cuenta con el apoyo de la Secretaría de Extensión Universitaria de la Universidad Nacional de Tucumán. Su cometido es y fue siempre la divulgación y la promoción del fruto de ese bullente manantial creativo de los nuevos poetas, jóvenes narradores o ya consolidados escritores de nuestro medio.
En conmemoración de lo que fue el inicio de aquella invaluable gestión, tan necesaria para nuestras letras, el Café Literario propaló esta antología compuesta por poemas, microcuentos y dos pintorescas fotografías que ilustran las reuniones donde se macerara el caldo de cultivo de esas producciones literarias. CollageRespecto de las obras que componen el volumen, basta decir que son todas afortunadamente diferentes en estilos, formas e influencias. Así, las páginas de esta antología componen un interesante collage de ejercicios literarios, muchos de ellos de heteróclita ejecución, ritmo y pesaje. Intimistas unos, políticos otros, revolucionarios algunos, originales y auténticos todos, los poemas y microrrelatos que pueblan el libro hacen evidente el alto tenor de la actual producción literaria en la provincia. Y por si no fuera suficiente con ello, en las últimas páginas nos esperan, concisas algunas, más dilatadas otras, las reseñas biográficas de los casi 50 autores que colaboraron en la redacción del presente compendio.
Un único pormenor en el soporte material del libro enturbia, acaso de modo tangencial, la publicación; pues la calidad del papel y el escueto encuadernado no se acercan a la prominente estatura de su contenido.
© LA GACETA
César Di Primio