Las PASO han resultado un fuerte retroceso electoral nacional del Kirchnerismo. La sorpresa no es que Sergio Massa haya ganado en la provincia de Buenos Aires por más de 5 puntos o que Unen- la coalición de centro-izquierda- haya sumado más que el PRO en la Ciudad de Buenos Aires. Lo sorprendente ha sido la derrota del FpV en el interior del país. La oposición ha ganado en 14 distritos, que tienen en conjunto tres cuartos de la población total y el oficialismo ha ganado en 10 -en uno de ellos, Salta, perdió para senadores nacionales- que cubren un cuarto del padrón electoral nacional. El FpV ha sumado sólo 26% en el ámbito nacional. Ello no sólo es la peor elección nacional del Kirchnerismo desde que llegó al poder, sino que además es junto con la derrota de De la Rúa en las legislativas de 2001, el peor resultado de un Gobierno en una elección de medio mandato desde que se reestableció la democracia 30 años atrás. El análisis de conjunto, muestra que los frentes articulados alrededor del Radicalismo y el Socialismo, suman 25% casi lo mismo que el FpV. El peronismo disidente u opositor en sus diversas expresiones suma otro 25%. Por centro-derecha, el PRO y sus aliados logran algo más del 7% y la izquierda 6%. Si el resultado del 12 de agosto se repitiera el 27 de octubre, el FpV perdería 2 o 3 bancas en diputados y 4 o 5 en senadores. La mayoría en ambas cámaras se haría más ajustada, siempre que desde el kirchnerismo no emigren legisladores hacia el peronismo disidente.
Esta derrota electoral nacional del kirchnerismo, tiene lugar cuando la economía no sólo no está en crisis, sino que está creciendo moderadamente. La propia Presidente ha informado que la economía ha crecido 5% en el segundo trimestre y que el desempleo ha bajado en el mismo período. Aunque las estimaciones privadas dan un crecimiento de aproximadamente la mitad, es indiscutible que la economía estaba creciendo al momento de votar y que ese crecimiento puede ser menor en octubre. En 2009, el Kirchnerismo perdía, pero con 5 puntos más en el ámbito nacional y 4 más que ahora en la provincia de Buenos Aires, en un trimestre en el cual la economía caía 5%. La derrota es ahora mayor, con una economía que crece. Ello implica que la definición de la elección ha sido esencialmente política y ha sido un voto de rechazo a la iniciativa de reformar la Constitución para permitir un tercer mandato consecutivo de la Presidente, quien dos semanas antes de las elecciones manifestó que el Kirchnerismo necesita una década más en el poder. Hoy está claro que temas como la corrupción, la independencia de la justicia y la libertad de expresión, tenían mayor peso en la sociedad que lo estimado por muchos y que los subsidios sociales tienen menos influencia en el voto que lo asumido generalmente. En definitiva, se trata de un rechazo hacia el modelo venezolano hacia el cual ha girado Cristina Kirchner en su segundo mandato.
Si bien faltan 27 meses para la elección presidencial, las PASO dejan consecuencias para ella. El contundente triunfo de Sergio Masa por más de 5 puntos en la provincia de Buenos Aires, lo deja posesionado como un aspirante a la Presidencia.
La Presidenta no reconoce la derrota y como es su característica responderá redoblando la apuesta. Ella dijo que el FpV es la primera fuerza nacional, que hasta podría tener algún legislador más y que su candidato bonaerense en un mes redujo considerablemente la ventaja inicial de Massa. No reconoce que el 54% con el que fue reelecta ahora se ha reducido a la mitad y que tres cada cuatro votos han ido a las distintas expresiones de la oposición. Su reelección en 2015, que hasta la semana pasada era improbable hoy es casi imposible. Pero ella ya anticipó que ha revertido otras derrotas, refiriéndose a las de 2009. Entonces el FpV era derrotado con el 31% de los votos y 28 meses después ella fue reelecta con el 54%. Intentará repetir la historia, aunque ahora no tiene la posibilidad de reelección, es muy difícil una recuperación económica como la del 2010 y no está en el horizonte un hecho imponderable como la muerte de Kirchner que potenció fuertemente su figura. Es posible que comience enviando al Congreso algún proyecto que sume apoyos en la oposición, como es gravar la renta financiera. También es posible que la CNV intervenga alguna empresa importante para mostrara que el poder está intacto. Insistirá con sus acciones en pos del modelo venezolano, pero enfrentará ahora más resistencia en la justicia, la política, lo que ella llama las corporaciones y la sociedad en su conjunto. En conclusión: las PASO significan una derrota nacional del kirchnerismo; la economía no ha jugado un rol en este resultado, el que ha sido motivado por cuestiones políticas, como rechazar el giro hacia el modelo venezolano que está dando Cristina en su segundo mandato; estas primarias, hacen casi imposible la reelección de Cristina, instalan a Massa como candidato, debilitan a Scioli y dejan como potenciales candidatos a Cobos, Binner y De la Sota.