BERLÍN/PARÍS.- A una semana de las elecciones legislativas federales de Alemania que definirán al nuevo Gobierno, la canciller Ángela Merkel se perfila como favorita para obtener su tercer mandato consecutivo al frente de la principal potencia europea, en comicios clave para el futuro de la Unión Europea (UE) y de la zona euro.
A pesar del claro favoritismo por la conservadora Merkel, el crecimiento en las encuestas de los socialdemócratas (principal partido de la oposición) y de su candidato Peer Steinbrück, no permite asegurar una mayoría clara entre las posibles coaliciones, por lo que el resultado se mantiene abierto.
El domingo, 62 millones de alemanes habilitados para votar (no es obligatorio) elegirán al menos a 598 diputados; la cantidad podría aumentar por el particular sistema germano de distribución de bancas. De ahí en más, comenzaran las negociaciones para que los parlamentarios decidan, por mayoría absoluta, a su canciller por los próximos cuatro años.
Tras ocho años en el poder, Merkel continúa siendo la figura política más popular en Alemania con un índice de aprobación de gestión del 58% y con el 39% de intención de voto en los sondeos. En sus actos públicos, se jacta de que durante su mandato el país, a diferencia de sus vecinos europeos, no sufrió los nocivos efectos de la crisis económica de la zona euro gracias a su política social y a sus medidas contra el desempleo.
La mandataria de 59 años gobierna la coalición que integran su partido, la Unión Democrática Cristiana (CDU), con la Unión Cristiana y Social (CSU) y el partido Democrático Liberal (PDL).
Enfrente tiene a Steinbrück, de 66 años, a quien conoce muy bien porque fue su ministro de Economía entre 2005 y 2009. El líder opositor criticó tímidamente las políticas de austeridad promovidas por Merkel en Europa y propuso medidas para incentivar el crecimiento. Logró reponerse a un inicio de campaña con varios pasos en falso y últimamente, una serie de participaciones televisivas le permitieron descontar de 30 a 11 los puntos porcentuales que le lleva su rival en una campaña considerada aburrida y sin un debate de fondo entre los candidatos. (Télam)