Deja vú "naranja" en el Argentino: otra vez una semifinal contra Buenos Aires en la "Caldera", como 2011. La semejanza no será un problema mientras se limite al contexto y no se extienda al desenlace: en aquélla ocasión, el (intensísimo) partido terminó igualado en 20 puntos al cabo del tiempo reglamentario y los dos extra. Fue una protestada cláusula reglamentaria la que le permitió a las "águilas" destrabar el pase a la final que no había podido lograr en el césped: ante la igualdad en las estadísticas, Buenos Aires prevaleció por haber apoyado el primer try del partido. Así de simple.
Dos años después, y con el bicampeón Córdoba fuera del camino, tucumanos y bonaerenses vuelven a verse las caras hoy a las 18 en una verdadera final anticipada. Sólo quedan dos sobrevivientes de aquél duelo en la "naranja" titular de hoy, ambos en la segunda línea: Gabriel Pata Curello y Carlos Cáceres.
"No recuerdo mucho de ese partido, salvo un penal de 'Chucky' (Ezequiel Faralle) sobre el final, que no entró", rememora el entrenador Diego Ternavasio, medio scrum de entonces. "Lo que sí me acuerdo bien fue lo raro que se sintió haber quedado eliminados de esa forma, sin haber perdido ningún partido. Terminamos terceros o cuartos habiendo ganado los tres partidos en la clasificación y empatado el restante", rememoró Ternavasio, aunque no puso excusas: "no importa si fue justo o no. Eran las reglas del juego y valían igual para todos".
Por otra parte, negó ver al duelo de hoy como una revancha. "Cada partido es diferente. Hay que salir a jugarlo como un clásico, sin pensar en los antecedentes", propuso "Boga".
No se trata de un versus cualquiera, sino del clásico más importante del país a nivel uniones. Algunos "naranjas" ya experimentaron la incomparable sensación de jugarlo, mientras que para otros será la primera vez.
"Para mí es bastante particular, porque juego con varios de ellos", señaló Antonio Ahualli, que antes de ponerse bajo las órdenes de Alejandro Molinuevo y compañía, la rompió en el SIC. "Todo el país habla de lo lindo y difícil que es jugar la 'Caldera'. Ojalá que la gente vuelva a llenar la cancha como antes", convocó el tercera línea.
Otro de los que ya sabe de qué se trata esto de los clásico es Álvaro Galindo: "ya lo viví y quiero que sea igual que en 2005, cuando a pesar de la lluvia, la cancha estaba repleta y la gente ni se movía. Eso motiva muchísimo".
Del lado de los nuevos, está el centro Matías Frías Silva: "uno desde chico tiene la ilusión de jugar un clásico. Por ser el primero, lo vivo con mucha expectativa, pero a la vez con tranquilidad, porque las cosas llegan y hay que vivirlas de la mejor forma posible":