POSADAS.- Esta tarde, a las 18, Atlético enfrentará a Cruceros, uno de los equipos revelación del certamen. Y él justo vuelve para este compromiso. Matías Carabajal es un todo terreno. En el campo de batalla es un hombre tosco, rudo. Hacha y tiza en mano, raspa de lo lindo al rival que se anime a cruzarlo, tratando de darle equilibrio a un equipo que solo piensa en grande. Pero afuera de la cancha se transforma; es dulce, como esos helados que él mismo vende en su heladería Dolce Amaretto.
Allí, el volante cambia el chip y se ocupa de todo y de todos. "Soy el encargado de llevar a los chicos a los entrenamientos", revela el volante, una especie de transporte escolar para los más chicos del plantel. "A (Gastón) Cuevas, (Gonzalo) Ontivero, (Miguel) Contreras y (Walter) Cáceres los paso a buscar por sus departamentos y los llevo a los entrenamientos. Son vagos, no quieren caminar ni dos pasos, jaja", saca los trapitos al sol.
"Morro" está listo para volver, justo cuando Atlético se juega mucho en Misiones. "Estoy desesperado por jugar", jura y deja en claro que la estrategia elegida es intentar copar la parada en la casa del "colectivero".
"Esta clase de partidos motiva a todos. La idea es sumar los seis puntos que quedan en juego y terminar el año de la mejor manera. Eso potenciará nuestras pretensiones", agrega esperanzado.
Esa misión desvela al jujeño. Quiere ponerle el moño a un semestre que tuvo de todo: momentos buenos y de los otros "Hicimos un gran torneo. Hay que seguir así", pide Matías y comienza a pensar en sus vacaciones.
"Me iré unos días a Buenos Aires y después pasaré por Córdoba a visitar a mi hermano. Allí pasaré Navidad", cuenta el morocho, aunque adelanta que sus días sin entrenamientos no serán sólo relax.
Carabajal tiene una heladería en Capital Federal y, durante su estadía en la ciudad de la furia, dejará de lado los botines para darle paso a la cuchara.
"Tengo que ir a ayudar un poco. Estuve mucho tiempo lejos y no aporté nada. Mi socio ya debe estar enojado, ja, ja, ja" ríe con ganas.
¿Qué tal atiende "Morro"? "Me doy mañas. Antes no calculaba bien y terminaba regalando mucho helado. Ahora estoy un poco más práctico", cierra el ex Ferro que prefiere "atender" rivales dentro del campo, aportando lo suyo a ese sueño llamado ascenso.