La ansiedad crece. No hay tucumano que pase por la vereda del ex Cine Plaza sin que se le alarguen involuntariamente los ojos hacia el interior de ese emblemático edificio ubicado en el corazón de la ciudad. Ese que, a pesar de encabezar una de las esquinas de la plaza Independencia, estuvo siete años reservado para los feligreses de la Iglesia Universal del Reino de Dios, la congregación religiosa que se hizo famosa por su slogan: “Pare de sufrir”.
Tucumán sabe que ese cine, donde se proyectaron durante décadas sus sueños, volverá a ser parte de su vida cultural. La pregunta es cuándo. “A mediados de este mes será la entrega provisoria de la obra y ahí se verá qué es lo que falta”, adelantó Ricardo Salim, el arquitecto y dramaturgo que tomó las riendas de la restauración en 2012. Pero la ansiedad sigue creciendo, porque se esperaba que la reinauguración fuera en septiembre de ese año: según Salim, estiman que para febrero o marzo de 2014 podamos ver, por fin, las luces encendidas del que ahora se llama auditorio “Mercedes Sosa”.
El edificio construido por Alberto Prebisch, inaugurado en 1946, fue puesto a nuevo. Se cambiaron los techos, se renovaron por completo las butacas de la platea y se acondicionaron las de pullman y superpullan (entrepiso y nivel superior, respectivamente). En total, el Mercedes Sosa tendrá 1.630 localidades, lo que lo convierte en el auditorio techado con mayor capacidad de la provincia.
“Es una sala que va a servir para todo tipo de representaciones artísticas: ballet, conciertos sinfónicos, teatro, ópera... Y también para plenarios de convenciones”, enumeró Salim. Entre las mejoras que recibió el edificio, un claro exponente de la corriente modernista, es la adecuación de la acústica. “Tenía un sonido muy duro, con mucha reverberación, que para el cine no tenía mucha importancia. Hemos corregido eso”, indicó el arquitecto, titular de la Unidad de Reconversión del Espacio Público.
Estreno “ambicioso”
Por el momento, las obras del nuevo auditorio están a cargo de la oficina que maneja Salim, que a su vez depende de la Secretaría General de la Gobernación. Todavía no se sabe si, cuando finalicen los arreglos, el Mercedes Sosa pasará a la órbita del Ente de Cultura o a otra repartición. “Aún no lo hemos definido, pero estamos buscando la manera de que haya flexibilidad. Si bien dependerá de alguna repartición, queremos que su uso no sea privativo de un solo ámbito”, explicó Carolina Vargas Aignasse, la flamante secretaria.
También es un misterio qué espectáculo se elegirá para inaugurar la sala. Vargas Aignasse contó que se están estudiando varias posibilidades y que quieren un estreno “ambicioso”. Los rumores indican que un concierto sinfónico coral, con repertorio clásico y popular, marcará el estruendoso comienzo de esta nueva etapa.