El hockey no es todo en las vida de las Hockeyroos. Muchas de las jugadoras han aprendido a repartir su tiempo entre el estudio y una exigente rutina de entrenamiento. Emily Smith, por ejemplo, estudia Ciencias Económicas; y Kellie White, Administración de Empresas. “Es muy común en Australia estudiar y jugar. Nosotras tratamos de repartir el tiempo entre las dos cosas. Por ahí nos lleva más años recibirnos”, explicaron.

Si bien el hockey es un deporte que se juega de manera profesional y es rentado, ellas saben que después de que se retiren es importante tener un plan B. “Casi todas en el grupo estudian o tienen una profesión”, cuentan las jugadoras. Otros casos son el de Rachael Lynch (arquera), que es enfermera; Ashleigh Nelson, que estudia Terapia Ocupacional; y Casey Eastham y Brooke Peris que están estudiando para ser maestras de nivel primario.

“Debemos proyectar para cuando nos retiremos”, agregan. En el caso de este deporte la edad promedio a la que cuelgan el palo es a los 35 años. A Emiliy y a Kellie les queda mucho tiempo, ya que tienen 21 y 22 años, pero ya van pensando en que ese momento algún día les llegará. Hasta se animan a bromear con que trabajarán juntas. Ahora comparten tanto tiempo que el equipo es como la familia y ellas se sienten hermanas.

Ya tienen planeado un receso de tres semanas cuando regresen a Australia, después de este campeonato. Justo va a coincidir con el tiempo de las Fiestas y ellas van a estar con sus familias, a las que sólo pueden ver dos veces al año. “Perth, donde vivimos, queda muy lejos y nosotras practicamos de lunes a sábado y, a veces, tenemos partidos los domingos”, cuentan.

Emily y Kellie son vecinas en la pequeña localidad de Crookwell, ubicada en el estado de Nueva Gales del Sur. En el censo de 2014 esta ciudad sólo tenía 2.014 habitantes. “Cuando regresamos nos gusta pasar tiempo con nuestra familia y ponernos al día con los amigos”, explicaron. Emily tiene cuatro hermanos, mientras que Kellie sólo tiene un hermano, pero muchos primos con los que le gusta reunirse.

¿Quién es quién?

No se animan a delatar a la más payasa del equipo, prefieren decir que todas son bromistas y que les gusta divertirse.

Según Emily y Kellie, el ranking de las más coquetas lo encabezan Anna Flanagan y Casey Eastham. Siempre tienen maquillaje y les gusta arreglarse antes de salir a jugar. “Pero cuando estamos en la cancha nada de eso importa”, aseguran.

Antes de cada partido acostumbran escuchar música, sobre todo ritmos que las llenan de energía como el hip hop, R&B y electrónica. “No hay cábalas, pero nos gusta escuchar música y bailar. ¡Y somos muy buenas! Otras prefieren arreglarse el cabello u ocuparse con los jueguitos del celular”, detallan. Si la victoria llega, en el acto se organizan para salir a tomar algo y bailar. Pero sólo entre las chicas.

Las altas temperaturas tucumanas no fueron un problema. “En Perth hay días durante el verano que nos entrenamos con 40° también”, explicaron. Más que el calor, les sorprendió la camaradería de los tucumanos. Ya en la recta final del campeonato pretenden dejar todo. “Queremos irnos sabiendo que hemos hecho la mejor performance”, coinciden.