Entre el 7 y el 23 de marzo, la Secretaría Académica de la UNT mantuvo abiertas las inscripciones para todos aquellos jóvenes de 20 años, que gozaran “de buena salud y buena conducta”, que tuvieran título de sexto grado de la escuela primaria y que además quisieran convertirse en Oficiales de Salud y Visitadoras de Higiene.
Esta oferta académica tenía una importancia fundamental en la época, ya que la defensa sanitaria del país era una necesidad urgente frente a los males que aquejaban a la sociedad, como el paludismo. El curso fue abierto rápidamente y las clases dieron comienzo en abril de 1924.
Además de los requisitos formales, los alumnos que quisieran incorporarse debían rendir exámenes complementarios de ingreso en Idiomas, Historia, Geografía e Instrucción Cívica, Anatomía y Fisiología, Botánica, Dibujo, Física y Química.
Fuente: Archivo Histórico de la UNT