Su corazón está a full. Los latidos por minutos superan a los de cualquier mortal. Es que Rodrigo Carreras está viviendo una película. Esa que lo tiene como principal protagonista y la que pretende coronar a lo grande.
El pibe vive horas soñadas. Con sólo 20 años, ya puede sacar pecho diciendo que debutó en un clásico. “Fue un sueño”, dice el defensor al borde de las lágrimas.
Es que haber jugado, al menos 12’, contra el rival de toda la vida es relevante. Mucho más para él que está dando sus primeros pasos junto al plantel profesional.
Todo muy rápido
“Estoy viviendo un sueño. Hace poco me subieron a Primera, jugué unos minutos en el clásico y ahora tenía la chance de ser titular, pero el amistoso lamentablemente se suspendió. Todavía no caigo todo lo que estoy viviendo”, dice el pibe, que resume un enero que se vino con todo y que guardará con mucho cuidado en el baúl de los recuerdos. “Esta oportunidad es como tocar el cielo con las manos. La vengo peleando desde hace muchos años, por eso ahora sólo espero poder aprovecharla”, jura Carreras.
Juan Amador Sánchez, rápido de reflejos, puso su mirada sobre un pibe del que todos hablan maravillas en Bolívar y Pellegrini. “Estoy agradecido a él. Me dio su confianza y siempre está aconsejándome. Quiero devolverle algo de toda la confianza que puso en mí”, confiesa y agradece en la misma jugada a su DT, figura clave en un presente soñado.
Carreras se crió en tierra “santa” y sólo tiene un objetivo en su cabeza: consolidarse en primera para poder ayudar a San Martín en la búsqueda del ascenso. “Vivo cerca del complejo y desde los 8 años que estoy en el club. Sería algo hermoso poder llegar a la B Nacional vistiendo estos colores”, finaliza Carreras, que con tantas buenas juntas se ilusiona con lograr esa meta. Con eso coronaría un 2014 inolvidable.