A esta historia Augusto Max ya la vivió en 2013, y es de los pocos de un plantel nuevo que la pueden comparar. Es que si bien San Martín, por nombre y por historia, está más obligado que cualquiera en la categoría a hacerse de la primera plaza para escalar al Nacional B, hoy debe entender que hay vida después del primer ascenso. En el torneo pasado al “santo” le quedó lejos el primer objetivo, y se tuvo que preparar para el segundo. ¿Se piensa en eso ahora? ¿Se deja de lado la especie de milagro que debería ocurrir para que el equipo logre salir campeón de esta edición del Argentino A?
El “Jefecito” tiene respuestas sinceras para todo. “Siempre que haya esperanza hay que luchar, hasta el último día, hasta que esté listo el equipo que ascienda. Lo que sí es seguro es que hay que tratar de sumar por si no se dan las cosas para el primero. Hay que hacerlo porque debemos tener en cuenta que el segundo y el tercero del Nonagonal descansan una semana y van directamente a cuartos. Además tienen ventaja deportiva sobre muchos equipos entonces... También hay que ser realistas ¿no?”, pide Max, el volante que da en la tecla con su análisis y se saca las caretas. “Hay que luchar pero ser realistas porque si no se da (el milagro) hay que por lo menos terminar segundo o tercero para tener algunos privilegios a la hora de pelear el segundo ascenso”, sigue.
Es que está prohibido perder la ilusión, pero uno no puede vivir sólo de ella... “Tal cual; o sea, hay que luchar, porque de eso se trata esto. Cuando uno tiene oportunidades debe hacerlo. El que no lo hace y se da por vencido ya no tiene chances. Pero nosotros sí las tenemos, entonces vamos tratar de conseguir el objetivo hasta la última instancia, y si no se puede, quedar bien parados, en un contexto favorecido respecto de otros equipos”.
Esos malditos errores
¿Por qué se llegó a este punto de esperar una suerte dificilísima? ¿Cómo? Augusto hace su recuento, con autocrítica. “Tenemos errores que no pudimos corregir a lo largo del torneo, los que pagamos caro en estos partidos que son decisivos. Tal vez en otro momento teníamos margen, y ahora ya no. Esta dificultad es la consecuencia de no haber sido contundentes, no haber aprovechado cuando íbamos ganando (a esos errores se refiere). Entonces bueno: hoy nos toca esto que estamos viviendo”, reconoce. Y todo eso sumado a que en esta fase otros equipos pudieron marcar diferencia. “Pero está todo parejo. Claro que hay equipos que nos sacaron seis puntos y eso es una barbaridad en un torneo de 27 puntos. Es mucho. Pero igual creo que está para cualquiera. Es que el puntero tiene que enfrentarse con Santamarina y Tiro Federal, que son los que están ahí, en la pelea. Es por todo esto que digo ahora que no hay dejar de pelear”, avisa el “Jefecito” haciendo números sobre lo que queda.
San Martín estará siempre igual de obligado, pero ¿es comparable su presente a los momentos decisivos de la temporada pasada? “No, esto es diferente, hay jugadores diferentes y mentalidades diferentes. Es así: si se empiezan a dar los resultados vamos a tener chances de pelear y si no, vamos a tener que seguir en lo mismo, lamentablemente. Yo creo que ya tocamos fondo de local y no podemos seguir así”, dijo pensando también el duelo del domingo ante Tiro Federal de Rosario.
Que el pasado enseñe
Según Max, San Martín tiene que haber aprendido de todas aquellas experiencias, para que tener que encomendarse al segundo ascenso no los agarre decaídos, o de sorpresa. “De eso se trata un poco todo, de aprender de lo que ya pasó. En el torneo anterior nos encontramos en la semifinal con un equipo como Sportivo Belgrano, que venía jugando hacía cinco años con una base, y tal vez nosotros en la desesperación de ganarle fallamos. Pero el de hoy es otro contexto. No hay otro equipo como ellos, que tenga una base ya formada, entonces esto está para cualquiera y dependerá de cómo esté compenetrado uno para jugar”, entiende.
En el torneo pasado San Martín dejó escapar la chance de clasificar entre los primeros y de saltar una fase (San Jorge le hizo el puesto sobre la hora), algo que para nada el equipo quiere repetir ahora que la historia parece encaminada al segundo ascenso. “Ojalá terminemos terceros o segundos para tener más tiempo de trabajo, de descanso. Ojalá... Hay que aprender de eso mismo”, pide Max, con experiencias de sobra, como todo San Martín, para entender que habrá futuro en caso de dejar escapar el título.
El milagro puede llegar o no, por eso hay que asegurarse, desde ya, arrancar con el pie derecho la carrera por el segundo ascenso.