Un taxi dejó a Leila Aranda Costello en la puerta de su casa, en el barrio Diza, ayer a la madrugada. La adolescente de 17 años estaba golpeada y en estado de shock, según contó a este diario su mamá, Celeste Costello. Sin embargo, la versión de la Policía es otra y será la fiscala Adriana Giannoni (VIII° Nominación) quien determine lo que sucedió en realidad.
Se habían movilizado todos para encontrar a Leila: la fundación “María de los Ángeles”, “Missing Children”, el ministerio de Seguridad de la Nación y varias áreas de la Policía de Tucumán. La búsqueda había comenzado el sábado a la noche, cuando la adolescente dijo que iba a comprar cigarrillos y no regresó más.
Fotos por celular
Ayer a la 1, un auto de alquiler la dejó en la puerta de su casa, según contó su mamá. “La mandaron en un remise a mi casa; ya se tomaron todos los datos del auto y se está investigando”, afirmó Celeste. La mujer agregó que su hija fue maltratada y que ella en los últimos días había recibido en su celular fotos de la adolescente donde se la veía golpeada. “Ella está muy atemorizada y golpeada; la tuvieron drogada y escondida de un lugar a otro para que no la encontremos”, aseguró.
La mujer detalló que Leila regresó con la misma ropa que vestía el día de su desaparición (un pantalón corto de jean y una campera marrón) y que la Policía secuestró esas prendas para realizarles pericias. “La Policía ya tiene datos precisos de esta banda; es una organización que se dedica a esto (secuestrar chicas)”, denunció Celeste.
Versión policial
Por otro lado, fuentes policiales aportaron a LA GACETA una versión distinta sobre el caso de Leila. “Según los comentarios que recibimos, la chica se habría ido sola de la casa; habría estado enojada porque no la dejaban ir a bailar”, afirmaron las fuentes. Aparentemente -indicaron desde la fuerza-, los cinco días que estuvo desaparecida la jovencita habría estado oculta en la casa de una amiga, hasta que decidió volver.
Las fuentes se quejaron porque debieron movilizar durante una semana a gran parte del personal. La foto de Leila había recorrido rápidamente las redes sociales y los medios de comunicación.