En materia de gestión de los residuos sólidos urbanos Concepción nunca tuvo una buena nota. De hecho, dos intendentes (Octavio Muedra y Osvaldo Morelli) tuvieron que enfrentar causas judiciales por contaminación. Hace unos años el río Gastona arrasó con un viejo basural y la ciudad mudó su vaciadero unos cuantos metros, pero no tan lejos del cauce de agua. Y los problemas siguieron. Ahora, los expertos advierten que en poco tiempo el nuevo terreno podría quedar colmatado.
Los intentos de mejorar no faltaron. A fines de noviembre de 2008 la Municipalidad había anunciado que el destino de la basura tendría una solución definitiva en “La Perla del Sur”. El municipio había conseguido que la Secretaría de Turismo de la Nación construyera una planta de tratamiento de residuos sólidos urbanos. Este beneficio se lo habían otorgado debido a su proximidad con el Parque Nacional de Los Alisos, ubicado a 28 km al oeste. Creían, de esa forma, que en un año estaría en marcha en Concepción el Programa de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos en Municipios Turísticos (Girsu).
Se habló de reciclaje, separación y tratamiento de los desperdicios. La obra iba a demandar una inversión de más de $ 40 millones e iba a ser financiada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). En su momento se previó crear la planta de tratamiento de residuos sólidos en el paraje Los Guchea, en Alto Verde (tres kilómetros al sur de este municipio). Sin embargo, los vecinos de la zona se opusieron y el proyecto quedó en la nada.
“Fue muy poco serio el manejo que se hizo de este tema. Nos perdimos una oportunidad importantísima. Hoy la gestión de basura en Concepción sigue como estaba o mucho peor. Falta una política seria. Esto es algo muy relevante porque se relaciona directamente con la salud de la población”, resalta Juan Manuel Prado Irachet, de la Federación de Organizaciones Ambientalistas No Gubernamentales de Tucumán.
“El basural actual sigue estando cerca del río, lo cual es un peligro. Además, en poco tiempo quedará colmatado. Hay que buscar una solución urgente al tema”, señala, por su parte, el concejal opositor Carlos Olarte.
El director de Medio Ambiente, Rubén Esteban Quinteros, sostiene que no hay de qué preocuparse. “Estamos haciendo un buen manejo de la basura. El predio tiene el apto ambiental y actualmente estamos haciendo gestión de lixiviados (líquidos que se desprenden de los residuos en descomposición)”, explica.
El terreno, alquilado por el municipio a una familia particular, recibe ocho descargas diarias de los camiones recolectores (llevan la basura de 50.000 vecinos) y algunos residuos extra como escombros o ramas. Hay varias familias que habitan en las cercanías al predio y que viven de la basura: separan los desperdicios y luego venden lo que pueden: desde cartones y botellas hasta libros en buen estado.