NUEVA YORK.- A casi 20 años de su affaire con el ex presidente estadounidense Bill Clinton, Mónica Lewinsky se describió como víctima del poder, aunque admitió que mantuvo una relación consensuada. “Por supuesto, mi jefe me usó”, escribió en un artículo de la revista “Vanity Fair”, del que se dieron a conocer extractos y que será publicado hoy en forma completa en la versión online de la revista.
“Ya es hora de quemar la boina y enterrar el vestido azul”, agregó Lewinsky en referencia a la vestimenta, en particular el traje, que no limpió tras su encuentro sexual con Clinton y que tenía manchas de semen.
Lewinsky, ahora de 40 años, admitió que se trató de una “relación consensuada”, pero consideró que el verdadero abuso comenzó más tarde, cuando se convirtió en “chivo expiatorio para proteger su posición de poder”. “Lamento profundamente lo que ocurrió entre el presidente Clinton y yo”, indicó.
A mediados de los años 90 trabajó como becaria en la Casa Blanca, un cargo al que se presenta gran cantidad de postulantes. Pero la revelación del affaire acaparó la atención internacional en 1998 y estuvo a punto del costarle el cargo a Clinton.
El mandatario negó en principio haber mantenido una “relación sexual” con la joven, pero después de varios meses y un proceso de “impeachment” - del que salió airoso- admitió haber tenido una “conducta impropia” con la becaria.
Años después aseguró que debía haber contado antes la verdad y habló de “errores personales”.
Lewinsky dice que ahora llegó el momento de hablar del escándalo que por poco termina con el mandato del presidente demócrata y con su matrimonio con Hillary Clinton, después de diez años de silencio, porque está decidida a ponerle un final diferente a su historia. Y añadió: “Personalmente, me arrepiento de lo que pasó entre el Presidente Clinton y yo. Lo diré otra vez. Yo. Me. Arrepiento. Mucho. De. Lo. Que. Pasó. Ha llegado el momento de dejar de andar de puntillas sobre mi pasado - y el futuro de otras personas-. Estoy decidida a poner un final distinto a mi historia”, enfatizó en su nota con “Vantiy Fair”.
Las fotos del ex mandatario saludando a Lewinsky con una boina azul fueron un ícono de las publicaciones periodísticas tras conocerse el escándalo, que irrumpió a la escena política por primera vez en 1998 en el sitio web “Drudge Report”, a través de la secretaria y confidente Linda Tripp.
“Gracias al Drudge Report fui posiblemente la primera persona cuya humillación mundial fue impulsada a través de Internet”, concluye Lewinsky.
La ex becaria de la Casa Blanca abandonó el foco público tras el escándalo. Obtuvo un máster en Psicología Social por la Escuela de Negocios de Londres y ha vivido en las ciudades de Los Ángeles, Nueva York y Portland, en el estado de Oregon.
Reveló que se vio fuertemente tentada a suicidarse en más de una ocasión durante las investigaciones y en uno o dos momentos posteriores.“Rechacé ofertas que me hubiesen reportado más de U$S 10 millones, porque no me parecía que fuese lo correcto”, insistió. (DPA-Reuters)