RÍO DE JANEIRO.- A menos de un mes del inicio del Mundial de fútbol de Brasil, miles de personas volvieron a salir a las calles de al menos 15 ciudades para manifestarse contra el alto gasto público, reclamar por mejores servicios y exigir soluciones a los problemas habitacionales antes del inicio del torneo. “Tienen 28 días para resolver esto, si no, habrá problemas”, amenazó el líder del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo, Guilherme Boulos, al gobierno, tras un día de protesta en Sao Paulo. Los manifestantes exigen viviendas y la regularización de terrenos invadidos por sus militantes, mientras la propia presidenta Dilma Rousseff les ha prometido estudiar el caso.
Hubo vías bloqueadas con neumáticos y palos, especialmente en las adyacencias del estadio Itaquerão, donde se inaugura la Copa del Mundo con el partido Brasil-Croacia, en el marco de la denominada Jornada Internacional de Luchas contra la Copa, que empezó con actos y manifestaciones en San Pablo. Los manifestantes, de distintos sectores sociales y sindicales, llevaron a cabo actos ayer, en los que ocuparon la avenida Paulista -centro financiero de la ciudad- y otras importantes calles, agravando el rutinario caos en el tránsito. Actos similares tuvieron lugar a lo largo de la jornada de ayer en otras ciudades brasileñas y en el exterior.
El grupo afirmó que la principal demanda es el respeto al derecho de libre manifestación, para que no se repita la violenta represión a las protestas que sacuden Brasil desde la Copa Confederaciones de junio del año pasado.
“Es a través de la libertad de manifestación que exigiremos los demás derechos. Este es un derecho básico, la base de la democracia”, afirmó Juliana Machado, integrante del Comité Popular de la Copa en San Pablo al portal UOL.
Los actos fueron coordinados por grupos como el Movimiento de los Sin Tierra y el de los Sin Techo, y pese a no tener relación directa con las protestas anti-Mundial convocadas bajo la consigna “¿Copa para quién?”, las distintas organizaciones coinciden en parte de los reclamos. El Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST) supervisa la ocupación cercana al estadio de Itaquerá, sede de la inauguración del Mundial, por parte de 5.000 brasileños empobrecidos que sostienen que la construcción del estadio es culpable de la suba del alquiler que los obligó a dejar sus viviendas.
Los actos continuará el próximo jueves y que no abandonarán las medidas hasta el inicio del Mundial. Desde el gobierno, se intenta tranquilizar la opinión pública y se garantiza el derecho a las protestas mientras que estas sean “pacíficas”. (Télam)