SAN PABLO.- Puede que el Papa Francisco sea fanático del fútbol, pero su iglesia sacó “tarjeta roja” a los organizadores del Mundial de Brasil por gastar miles de millones de dólares en estadios en vez de mejorar los pésimos servicios públicos del país.
En un folleto con forma de tarjeta roja distribuido esta semana en iglesias y parroquias del país con más católicos del mundo, la Conferencia de Obispos de Brasil instó al Gobierno a respetar el derecho de la gente a manifestar contra el torneo.
“La Iglesia quiere contribuir al debate público y expresar su preocupación con (...) la inversión de prioridades para el dinero público, que debería servir prioritariamente para la salud, la educación, el saneamiento básico, el transporte y la seguridad”, dijo.
Francisco, un ardiente hincha que durante las misas en el Vaticano recibe a menudo camisetas de fútbol de los fieles, tiene previsto transmitir un mensaje de paz con motivo del Mundial.
En el folleto, la Iglesia critica a los organizadores del Mundial por desalojar a personas pobres de las cercanías de los estadios, ignorar las leyes ambientales y entregar el deporte a “las grandes corporaciones”.
Pide también a las autoridades brasileñas que combatan la explotación sexual durante el evento, que atraería a unos 800.000 hinchas extranjeros a Brasil.
El éxito del Mundial, dijeron los obispos brasileños, no será medido en la cantidad de dinero que inyecte en la economía local o los beneficios que reporte a los patrocinadores.
“Una victoria de todos sólo ocurrirá si algunas exigencias fundamentales son cumplidas”, dijo la Iglesia. (Reuter)