BRASIL.- Si alguien le hubiese dicho hace seis meses al mediocampista Antoine Griezmann que estaría representando a Francia en la Copa del Mundo se habría reído y pensado que era una broma, luego de haber cumplido una sanción que amenazó su futuro como jugador internacional.
El futbolista de la Real Sociedad de España se convirtió de repente en un jugador fundamental para la selección gala, después de que una lesión en la espalda dejó fuera del Mundial al extremo del Bayern Munich Franck Ribéry. Pero sus perspectivas no se veían tan color de rosa cuando fue suspendido por un año como internacional -en noviembre del 2012- por una salida nocturna no autorizada cuando jugaba en el equipo sub-21 de su país.
Un nuevo llamado era impensado, por lo que ahora apenas puede creer haber jugado un papel importante en el 3-0 de Francia contra Honduras. “Probablemente hubiera dicho: ‘¿Es una broma?’”, dijo Griezmann cuando le preguntaron cómo habría reaccionado hace seis meses ante la posibilidad de jugar un Mundial. (Reuters)