Tener la mente en claro en épocas como las de ahora, la de las idas y venidas, es un plus. Y Albano Becica la tiene. Sabe muy bien el “10” que lo que más quiere es quedarse en San Martín, aunque no lo dijo él, sino que lo aseguró su representante, Rubén Gramajo. “Llegamos a un acuerdo verbal. Faltarían arreglar detalles. El lunes estaremos en Tucumán para ver a Gustavo Paz (tesorero), que fue el encargado de la negociación desde un principio, y estaríamos firmando y arreglando todo”, anunció.
Lejos de los teléfonos, el “Mago” le dio el OK a Gramajo para encaminar la negociación a su continuidad en La Ciudadela. Eso era lo que deseaba,. “Con Albano se crearon muchas suspicacias desde que Atlético ofertó y él dijo que no. ¿Que si quedarse es lo que él quiere? Albano tuvo ofertas de todo el Argentino A , de la B Nacional y una de afuera también”, enumera Rubén como para dejar en claro que pese a todo, el enganche cordobés aún siguió optando por San Martín.
“Estos seis meses le van a dar la chance de llegar a la B Nacional con San Martín, y eso también es por lo que se vuelve a quedar. Y por todo lo que pasó en la temporada anterior. Lo trató muy bien la dirigencia anterior y esta nueva se puso a hablar apenas asumió”, contó Gramajo. La decisión de Becica no es nueva entonces, y mucho menos llamativa. “Yo lo dije hace seis meses: él se radicó en Tucumán con la ilusión de ascender con San Martín. Sintió mucho el cariño de los hinchas, estuvo muy cómodo. Entonces en ningún momento hubo un tira y afloja de parte de las partes. Simplemente fue una negociación. Nos tuvimos que adaptar (económicamente), y lo que falta ahora es arreglar por cuánto tiempo y cómo será el contrato. Pormenores no hubo, Albano siempre estuvo conforme”, reveló.
“Está todo acordado”
Es que si Albano tuvo dudas en algún momento, se habría ido en diciembre mismo a Atlético, y no fue así. “Era más plata y una categoría más. Cualquiera lo hubiera hecho. Pero él decidió en diciembre quedarse, y eso se mantiene hasta hoy. Claro que uno esperaba que valoraran más el esfuerzo (económicamente hablando), pero la dirigencia me dijo: ‘se hace lo que se puede’, y luego puso un tope económico. Becica lo aceptó... El lunes llegaremos a Tucumán. Tendría que pasar una catástrofe para que no arreglemos, ja ja. Ya está todo acordado”, repitió, con tono cordobés, Gramajo, prometiendo quizás todo lo que los “santos” querían escuchar: que el as de espadas se queda.